domingo, 25 de septiembre de 2011

10. No estoy enamorado de nadie


- Te apuesto a que comemos primero que ellos. - dijo Samuel, luego tomo un sorbo de jugo. - ellos se tienen que separar, en dos grupos, los que cazan animales, y ya sabes, lo que cazan... Humanos.

- Yo espero ser de las de los animales. - le dije.

- Yo también prima. - el vio detrás de mí. - eh Daniel, ven.

Me voltee enseguida, Daniel estaba allí, con aspecto cansado, camino hacia nosotros y se sentó a mi lado.

- Chicos, ¿qué hacen por estos lados? - nos pregunto.

- Vinimos de campamento. - dijo Samuel con la boca llena de comida, yo le hice un gesto para que no lo volviera a hacer.

- ¿Y tú qué haces por aquí? - pregunte.

- Te extrañe Kamil. - tomo mi mano. - bueno, vengo de caza.

Yo me aparte.

- El caza animales prima. - dijo Samuel.

- ¡Que susto! - le dije. - ¿me extrañaste? Si a penas el jueves nos vimos.

- Pero hoy es sábado amor. - me beso la mano - han pasado dos días.

- Eso prima. - dijo Samuel. - esto me huele a...

- Amor. - interrumpió Daniel.

¿A donde había llegado esta conversación? ¿Amor? Apenas lo conocía hace tres semanas.

- No bromeen chicos. - reí sin ganas, no me gustaban las cosas apresuradas.

Estuvimos hablando hasta que llego toda mi familia, luego Daniel y el tío Darwim se fueron a caminar, tenían que hablar sobre una cosa "muy importante".

Cesar no me volvió a dirigir la palabra en todo el día, si quiera una mirada, pero claro, su novia había llegado, y al llegar ella, el se olvidaba de todo el mundo.

Andrea y Axel estuvieron abrazados, sin separarse ni en un solo segundo, y justo cuando yo mas necesitaba hablar con ella.

Llego la noche y Samuel y yo nos fuimos a dormir, estábamos en febrero y faltaban dos semanas para que el cumpliera siete años.

Mis tíos planeaban hacerle una gran fiesta.

Llego el domingo, al despertarme me di cuenta de que Samuel no estaba, ¿a dónde se abría ido ese niño?

Salí de la carpa y fui a buscarlo, camine por un largo rato hasta que llegue al riachuelo que había visitado hacia un día con mi mejor amigo. Samuel estaba allí, tirando piedras al agua.

- ¿Qué haces aquí pequeño? - le pregunte al llegar al lado de él.

- No podía dormir Kamil. - me dijo.

- ¿Por qué? - quise saber.

- Mis padres, están Aldo separados. - me dijo.

En realidad podía ser que tuviera razón, estos días, no los había visto muy pegados que se diga.

- Tranquilo. - deben andar ocupados en las cosas de su cumpleaños.

- Y mi hermano, se la pasa fuera de la casa todo el tiempo desde que tú llegaste prima. - me dijo, entonces... ¿Yo era la causa por la cual el no pasaba tanto tiempo en la casa? Pero... ¿Por qué?

En ese momento sentí unas manos frías en mis hombros, desde atrás, me voltee, era Andrea.

- Samuel, tu mamá te llama. - dijo ella. - Y Kamil, necesito hablar contigo, urgente.

Urgente, ahora... ¿Que había hecho? Daniel llego detrás de ella, me busco con la mirada y yo le sonreí.

- Daniel ¿puedes dejarnos solas un momento? - dijo Andrea sin si quiera voltearse a ver a quien tenía detrás, pero era obvio como lo sabía, los vampiros tenían excelente olfato.

El me guiño un ojo y se marcho, Samuel se fue con él.

- ¿qué hice ahora? - le pregunte sin verla.

- Nada, tú nada Kamil, o eso creo. - suspiro. - Cesar está enamorado.

- Y ¿cual es el problema? - dije. - el es una persona, tiene derecho a enamorarse.

- Pero no lo está de la persona indicada, eso será imposible. - yo la mire angustia ¿quien podría ser?

- Okay* ¿de quien podría ser, que es tan imposible como dices? - le dije.

Entonces me di cuenta de que alguien nos observaba, mire al rededor, y en el tronco de un árbol, se encontraba recostado Cesar mirándonos, al darse cuenta de que lo vi, se acerco a nosotras.

- No estoy enamorado de nadie. - dijo mirando a Andrea de una forma amenazadora. - Y si lo estuviera te lo diría yo mismo Kamil. - dijo mirándome esta vez a mí.


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