jueves, 26 de enero de 2012

20. Sorpresa 1era Parte


- Pues vete tú también. - dije, escuche que abría la puerta. - ¡Espera! Pásame la toalla, ¿si? - le dije.
El me la tiro por encima de las puertas de la ducha.
- Gracias. - dije, me envolví en la toalla y salí, ya Cesar no estaba allí.
Salí a mi habitación, y tampoco estaba allí, me quite la toalla, y camine al closet.
Sentí la puerta, me tape lo que pude tapar.
- Lo siento. - dijo Cesar cerrando la puerta de un golpe; era lo único que me faltaba, que me viera desnuda.
Nunca había pasado un momento más incomodo que ese. Sentía un ardor en mis mejillas; ¿como haría para poder volver a verle la cara a mi primo después de eso?
Me vestí rápido y baje las escaleras, pues mi tía me esperaba.
Llegue a la cocina, mi tía estaba haciendo comida.
- ¿Tía de que querías hablar? - dije sentándome.
En ese momento entraron mis padres, Andrea y Axel, me empecé a preocupar ¿se habrían enterado?
- ¿Que sucede? - pregunte.
Entonces Samuel entro a la habitación.
- ¡Queremos hacerle una fiesta sorpresa a Cesar! - dijo Samuel. - Tenemos que aprovechar ahora que no está.
- ¿Se fue? - pregunte. - ¿y qué pasa si no vuelve esta noche?
Axel rio.
- Kamil tiene razón, puede que Cesar celebre esta noche con alguna chica. - cuando Axel dijo eso Andrea me dirigió una mirada sofocada.
- No, Cesar siempre está aquí en sus cumpleaños. - dijo tío Darwim.
- ¿Por qué quieren planearle una fiesta sorpresa cuando se porta tan mal con ustedes? - le dijo Andrea a tía Anny, esta miro por la ventana.
- Porque a pesar de todos sus errores, es mi hijo. - dijo sin dejar de ver hacia la ventana.
Ella tenía razón, podía ser que el allá cometido muchísimos errores, pero al fin y al cabo era su hijo.
- ¿Cuando empezamos? - dije dándole una palmada en el hombro a mi tía, esta volteo a verme y me sonrió.
- Ahora mismo. - dijeron mis padres en coro. - Tendrás el día libre.
Nos pusimos en marcha, teníamos poco tiempo.
Acomodamos toda la casa, pero justo cuando estábamos a punto de terminar, Cesar venia llegando y para ocurrencia de mi tío Darwim, me mando a distraerlo.
Si ellos supieran que no nos conviene estar juntos.
Corrí a la puerta antes de que la fuera a abrir y salí, lo busque con la mirada hasta que lo encontré, estaba tocando el agua de la fuente, yo me acerque lentamente y me senté en el borde de la fuente.
- ¿Por qué me buscas tanto? - dijo.
Él tenía razón, yo lo estaba buscando demasiado, y no debía hacer eso, pero me sentía confundida, solo con él me olvidaba de la confusión y volvía a poner mis pies sobre la tierra; pero esta vez me había mandado.
- Me alivias. - le respondí, el dirigió su mirada a la puerta de la casa.
- Estoy cansado de que Andrea me este vigilando, ¿ella no se da cuenta de que yo solo me acerco a ti para protegerte? - me miro.
- ¿Protegerme de qué? - proteste.
- De Daniel. - vacile, Danny no me hacia ningún daño, yo sentía que el daño se lo hacía yo a él, por utilizarlo.
- No me tienes que proteger de él. - resople.
Cesar me tomo del brazo.
- Él no es el que todos creen. - menciono sin soltarme.
- Bueno si, como digas. - no quería discutir, solo tenía que distraerlo. - ¿Damos un paseo?
- Como te gusta dar paseos ¿no? - era cierto, yo daba muchos paseos.
- No seas aguafiestas, da un paseo conmigo. - dije jalándolo, pero no podía con él.
- Esta bien, pero que ironía, es mi cumpleaños y yo soy el que te complace a ti. - dijo, en este momento daba gracias a Dios porque él no leyera mi mente, pues yo se lo había prohibido.
- Pero vamos, razona, ¿Que podría yo regalarle a un vampiro? - bromee.
Él acerco su rostro al mío.
- Ya me lo hubieses dado, si no hubieras huido de mi temprano en la mañana. - susurro.

martes, 24 de enero de 2012

19. ¡Sal de aquí!


Por supuesto que no quería que hubiera una pelea, salí de su cuarto rápidamente, y justo cuando iba a entrar al mío sentí unas manos en mi cintura, estaba seguro que era Danny.

- Hay, tontita. - si era él.

- Danny. - dije, el se acerco a besarme.

No me sentí bien haciendo ese tipo de cosas, haber besado a un chico, y besarme con otro después.

- ¿De dónde vienes? - pregunto.

- Ah... Estaba con Cesar, me hablaba sobre Susana. - le mentí.

- ¿Susana? ¿Su novia? - me dijo mientras entrabamos a la habitación.

Se escucho un golpe en la pared del cuarto de Cesar.

- Si, su novia. - dije yo con fastidio.

Se abrió la puerta.

- Kamil, vienes un momento. - exclamo Cesar.

Yo salí rápido, el estaba enojado.

- El no tiene buenas intenciones. - me dijo en voz muy baja.

- ¿A qué te refieres? - le pregunte.

- A que el no te quiere de la forma que él dice. - seguía sin saber a qué se refería.

- ¿Como lo sabes? - me puse la mano en la cintura.

- Sus pensamientos no me agradan Kamil, son obscenos. - me dijo yo torcí los ojos, entre a mi cuarto y le cerré la puerta en la cara.

Me gustaba que estuviera celoso.

- ¿Que quería tu primo? - dijo Daniel desde mi cama donde estaba sentado.

- Nada. - le dije.

- Este bien. - dijo.

Era domingo y Estuvimos toda la tarde formando melodías, el con la guitarra y yo con el violín.

28 de Octubre

Sonó la alarma, No quería levantarme, pero tenía que hacerlo, hoy había que dar clases, era viernes.

Abrí los ojos y observe a través de la habitación, cuando vi en mi cama... Cesar, quien sonrió cuando me vio despierta.

- ¿Que haces aquí? - entonces recordé era su cumpleaños, me abalance encima de él y le di un fuerte abrazo, olvidándome que aun estaba en pijama. - Felicidades, ya tienes veinticinco. - reí.

El me abrazo muy fuerte, se me agotaba el aire.

- Deje de cumplir años el día que me transforme, aun tengo veintitrés, igual que tu. - me dijo soltándome.

Yo me tape las piernas, que las tenia descubiertas, pues la pijama era un de short y una franelita escotada.

El me miro con picardía.

- Cesar, no me mires así, recuerda nuestra decisión. - le dije.

- Odio esa decisión. - me dijo y se acerco a mi rostro, enseguida las cortinas de mi cama se cerraron. - ¿Que me darás de regalo de cumpleaños?

Yo no había pensado en que regalarle.

¿Pero que estaba pensando? ¡Se me iba a hacer tarde para ir al instituto!

Me lo quite de encima y me levante de la cama.

Estuve a punto de quitarme el blusón hasta que recordé que Cesar estaba allí, me metí en el baño y abrí la ducha.

- ¿Tu no trancas el baño? - dijo su voz mientras me bañaba.

- ¡Cesar sal! - casi le grite.

- Oh, oh. - dijo él.

- ¿Qué pasa? - le pregunte.

- Alguien te está buscando, y viene hacia el baño, lo trancare. - me dijo.

¿Acaso estaba loco? Se iba a trancar conmigo en el baño.

- Kamil, ¿estas ahí? - que pregunta tan obvia, se suponía que si no estaba en mi cuarto, tendría que estar en el baño o ¿no?

- Obvio que estoy aquí. - respondí.

- Ok, te espero abajo, es tu tía Anny, hablare contigo. - ¿hablar conmigo? ¿Sobre qué?

- Ya se fue. - dijo Cesar.

jueves, 5 de enero de 2012

18. Fue mi Culpa


- Me dijeron que ya estabas aquí. - dijo Andrea, yo retrocedí y me mordí el labio inferior. - Denle gracias a Dios, que fui yo la que entre y no uno de sus padres.

- Lo siento, fue mi culpa. - Cesar se había echado la culpa, y en realidad había sido yo la que lo había besado, tenía que hacer algo.

- No, fue mi culpa Andrea, yo lo bese. - dije.

Andrea que se había quedado en la puerta después de cerrarla corrió hacia nosotros y se sentó en medio de los dos, tomo la mano de Cesar con su mano derecha, y la mía con su mano izquierda.

- No importa quién tiene la culpa, yo no los juzgo, pues cuando yo conocí a Axel, ni Anny ni Paul querían que yo estuviera con él, y sé que en el corazón no se manda. - suspiro. - Pero tienen que pensar en el daño que le harán a sus padres. - ella apretó mi mano y me miro directo a los ojos. - Y tu Kamil, piensa en Danny, en el daño que le harás si se entera que amas a otro, y ese otro sea Cesar.

- Como tú has dicho, en el corazón no se manda. - dijo Cesar.

- Pero si en la razón; y ustedes tienen que entrar en razón. - nos dijo. - Hablen a ver que hacen, yo solo les doy ese consejo, tengan cuidado si piensan volver a besarse.

Yo sentí un ardor en mis mejillas.

- Ah, y también controla eso Kamil, o todos se darán cuenta si te pones roja cada vez que estas cerca de Cesar. - observe una sonrisa en el rostro de Cesar. - Hablen, todos nos iremos de caza, Samuel está en su habitación, estén pendientes.

Andrea salió corriendo de la habitación.

- No solo tus mejillas se ponen rojas. - dijo Cesar, sentí un aire dentro de mi estomago, ¿serian las tales mariposas de quien todo el mundo hablaba? - mira tú cicatriz.

Mire mi brazo y la cicatriz parecía estar a punto echar sangre.

- Yo no pensé que tú fueras a sentir lo mismo por mí. - me dijo.

- Yo jamás pensé en que tú y yo nos fuéramos a enamorar. - le dije.

- Si te debe sorprender de que te enamores de alguien que no toca ni un solo instrumento. - cuando él dijo eso recordé que yo dije que mi chico ideal no tendría que ver nada con la música.

- En realidad no me sorprende, lo que me sorprende es que me allá enamorado de mi primo, con quien crecí. - dije.

- Tú y yo no somos primos, no tenemos la sangre para decir eso. - dijo recordándome que su madre y mi padre no eran hermanos de sangre.

El tenía razón, pero no podíamos, Andrea también tenía razón en cuanto a que teníamos que pensar en lo mucho que haríamos sufrir a nuestros padres.

- Kamil ¿no me responderás? - dijo.

- Lo siento. Pero creo que Andrea tiene razón, puede que nos queramos, puede que nos amemos, pero tenemos que pensar en nuestra familia. - le explique.

- Sufriremos mucho con esta decisión. - dijo, se levanto y beso mi frente.

Yo tome su mano.

- ¿Podrías...? - el puso su dedo índice encima de mis labios.

- Nos haría desear más, no podemos. - dijo, había leído mi mente.

- ¡Dije que no leyeras mi mente! - apreté su mano.

- No la leí, solo se reconocer ese deseo, pues yo estuve durante mucho tiempo deseándolo. - dijo, ahora beso mi mejilla, tomo su computadora y salió caminando a paso humano.

La confusión me invadió, no estaba segura de lo que había hecho, ¿acaso había rechazado a mi verdadero amor?

No, Cesar no podía ser mi verdadero amor porque él y yo nos conocíamos de bebés, estuvimos unidos desde ese momento en que yo nací.

Corrí hacia fuera de mi cuarto, hasta la puerta de su cuarto, la casa estaba desolada.

- ¿Cesar estas aquí? - dije entrando.

- Si, Kamil, no deberías estar aquí. - me dijo cuando cerré la puerta.

- Es que quiero hacerte una pregunta... - el asintió, mientras se quitaba la camisa, yo me preocupe, tenía sus músculos bien marcados. - ¿Como evitaremos que se den cuenta? Y ¿por qué te desnudas?

- Kamil, era solo una pregunta, pero está bien. - El rio. - me desnudo porque me daré una ducha, tu entraste justo cuando iba a quitarme otra cosa. Y ¿como lo evitamos? Tratando de no entrar a nuestras habitaciones tanto, y también tratando de no hacer mucho contacto visual.

- ¿Otra cosa? ¿Qué? ¿El pantalón? - el torció los ojos, pero también asintió. - Este bien, no entrare mas así.

- Ah, otra cosa, Daniel viene entrando a la casa, y no puedo evitar odiar sus pensamientos. - lanzo la camiseta que aun tenía en manos, bien lejos. - Anda a tu habitación, si no quieres que allá una pelea aquí.

17. Volvió.


Cerré el archivo, y abrí el siguiente.

"Kamil, acabas de llegar, enseguida te diste cuenta de mi transformación, te trate mal, pero tenía que hacerlo, si no lo hacia todos se darían cuenta de mis sentimientos, estas hermosa, mas de cómo te recordaba, me hiciste tanta falta, sé que no puedo acercarme, me hare mucho daño, y siento que te hare a ti también.

Pos: Se que lloraste, te pude escuchar; No quise hacerte llorar (me disculpare en persona)."

El me había llamado hermosa, también había dicho que no se acercaría a mí, pero si lo había hecho, me había pedido perdón ese mismo día.

Abrí el siguiente y último documento.

"Kamil, no pude mantenerme alejado de ti, volveré a ser el mismo, o eso creo, Andrea se está dando cuenta de mis sentimientos hacia ti, me pillo entrando en tu cuarto en la noche, se que te estás preguntando ¿entraste a mi habitación? Pues sí, desde el día en que llegaste estuve entrando a tu habitación mientras dormías, claro excepto ayer, que te quedaste dormida en mis brazos, que noche tan hermosa esa, y si, también me pareces hermosa mientras duermes. Pero tuve que irme, si seguía allí contigo lo más probable era que yo intentara algo más.

Pos: no pienses mal con lo último que escribí, tan solo hablo de querer besarte."

Sentí que alguien abría la puerta, cerré de inmediato la laptop y la escondí entre las sabanas.

- ¿Donde está? - dijo él, era Cesar. - ¿Donde está mi computadora?

La saque de entre las sabanas y se la pase.

El puso cara de apenado, se acerco a mi cama con desdén y se sentó en una esquina lejos de mi mientras agarraba la laptop.

- ¿Leíste cierto? - me pregunto.

Yo asentí, no podía hablar estaba completamente inmóvil, me sorprendió muchísimo que entrara así a mi cuarto, y me sorprendió más aun después de dos meses.

Mi corazón estaba a su máxima velocidad.

- No tienes por qué estar nerviosa, no te hare nada. - dijo.

- No, no estoy nerviosa. - tartamudee, ¿que me pasaba? - Cesar, recuerda que te prohibí leer mis pensamientos.

Le dije refiriéndome a aquella noche en que el noto que yo estaba delante de la puerta.

- Desde la vez que me dijiste eso, no lo he vuelto a hacer. - se acerco mas a mí, mi corazón se acelero aun mas. - Perdón por haberte besado, no debí.

Yo reaccione y me acerque aun mas, nuestros rostros quedaron a pocos centímetros.

- No pidas perdón. - le dije, el suspiro y su aliento recorrió mi rostro. - ¿Como supiste que yo estaba en la puerta esa noche?

El vacilo.

- Tu olor Kamil. - claro, ¿por qué no había pensado en eso?

- Ah, sí, entiendo. - pause. - y... Así que entrabas todas las noches a mi habitación.

- Así es, pero no podía evitarlo. - explico. - y... ¿Como están las cosas con Daniel?

Me sorprendió mucho su pregunta.

- Si eres tonto. - tome su cuello y lo bese, me domino el impulso.

Duramos así aproximadamente dos minutos hasta que...

martes, 3 de enero de 2012

17. Te Amo, Te Odio.


Salí, me vestí rápido y baje las escaleras, camine a la sala y Daniel no estaba, fui a la cocina y allí estaba, hablando con el tío Darwim, escuche un poco de lo que hablaban, mi tío le platicaba a Daniel sobre como desaparecía a cada momento su hijo mayor.

- Buenos días tío. - dije sentándome en una de las sillas del mesón, Danny me siguió y se sentó a mi lado.

- Buenos días quería, - miro hacia un estante de la cocina. - ¿Leche y Cereal? - me pregunto.

Yo asentí, el puso un plato hondo frente a mí, añadió la leche y luego el cereal.

- ¿Manzana? - dijo, yo reí, casi me atraganto.

- Claro tío, no puede faltar. - el me paso una manzana roja, yo tome un cuchillo, y la corte en cuadritos sobre el cereal.

Yo me aproxime a comer; y los viejos amigos volvieron a su conversación, yo me tome el atrevimiento de escuchar.

- Entonces como te decía, no soporto que se esté lleno a cada momento. - dijo mi tío. - es inaceptable.

- Y ¿Alguien sabe por qué lo hace? - respondió Danny, yo los escuchaba sin verlos, y sin dejar de comer.

- Nadie, yo supongo que es por esa novia que tiene. - me volví a atragantar.

- ¿Estas bien Kamil? - me pregunto Danny, yo asentí insistentemente; el volvió su mirada a mi tío político. - Lamento decirte esto, pero la verdad no me importa mucho, ese muchacho me odia desde que me conoció hace dos años.

- El a veces odia a todos. - Respondió mi tía Anny entrando a la cocina. - hasta a mí que soy su madre.

Al terminar de comer me levante, no quería seguir escuchándolos, yo era la culpable sobre todo lo que hacía Cesar.

- ¿Vas a desaparecer igual que tu primo? - no me gusto lo que Daniel había preguntado.

- No soy el. - dije enojada.

- Oye, oye era una broma. - me dijo. - ¿Vamos a caminar? - pregunto.

- Claro. - le dije.

El me tomo la mano, caminos hasta la puerta de entrada, y salimos.

Mientras caminábamos por el jardín de la casa, me di cuenta que no la pasaba tan mal con Danny, al contrario, la pasaba muy bien, pero no podía dejar de pensar en Cesar.

Danny recogió una rosa del rosal del jardín, y me la dio arrodillándose ante mí.

- No seas tonto levántate. - dije jalándolo y riendo.

El se levanto y me abrazo.

Sentí una mirada encima y voltee, era Andrea que justo al ver que yo la había visto allí guiño un ojo.

Dos meses después

Daniel y yo nos habíamos vuelto inseparables, para mí era un muy buen amigo, pero sabía que yo no era lo mismo para él.

Cesar aun no ponía un pie en la casa, y no había habido noticias sobre su paradero, yo no había vuelto a ver los archivos de su computadora.

Me invadió la curiosidad, deje el violín de lado, pues lo estaba tocando.

Tome la computadora, que estaba justo debajo de una de las almohadas de mi cama.

La encendí, introducir la clave, y abrí la carpeta.

'4ta Carta a Kamil' era el titulo del documento que abrí.

"Kamil, en este momento te necesito más que nada, han pasado dos años y medio, y por nada del mundo he podido olvidarte, si te preguntas porque te necesito es porque la chica de quien te hable hace un año quiere transformarme, igual me negué, pues jamás rompería nuestra promesa, ¿la recuerdas?, bueno debes recordarla cada vez que ves la cicatriz de tu brazo, porque yo lo hago también. ¿Te mencione que no le hablo a mi madre? Esta insoportable, o tal vez sea yo el insoportable.

Pos: Aun Te Amo"

No sabía que pensar, ¿Cesar y mi tía Anny no se hablaban? En realidad parecía que no, pues desde que llegue hacia más de un año nos los había visto hablarse.

Estábamos a veintitrés de octubre, faltaban cinco de días para el cumpleaños de Cesar, aunque ya sus años no se contaban, el se había congelado en veintitrés exactamente.

Abrí el siguiente documento llamado: 'Te odio'.

"Te Amo Kamil, pero te odio a la vez porque por ti no puedo ser feliz, porque aun no te olvido, porque soy un tonto al haberme enamorado de ti, porque eres mi prima; Kamil, faltan dos meses para que vuelvas, y me transforme, lamento haber roto la promesa, pero era necesario transformarme, Susana lo hizo, no sé cómo explicar lo que hice, pero tampoco tengo por qué darte explicaciones, ya yo no seré tu mejor amigo, ni tu primo, y mucho menos tu hermano, pues te amo, o más bien... Te odio, me haces mucho daño.

Pos: Ya no me urge tanto que vuelvas."

Leer eso me dolió en el alma, el lo había escrito dos meses antes de que volviera, ¿por eso me había tratado mal?

16. ¿Como Fingir que Todo Esta Bien?


Cerré el documento y abrí el siguiente.

"Kamil, han pasado seis meses, ya no soporto a la familia, todo esta terrible desde que te fuiste, ya estoy seguro de que mi vida no es igual si tú no estás, y también estoy seguro de que mis sentimientos por ti cambiaron, te amo, te extraño, te necesito, vuelve por favor.

Pos: Ya me hice el tatuaje, es una 'K' entre espinas, casi no se nota, no quería que estas personas que tengo por familia se dieran cuenta."

En esa carta el me había confesado sus sentimientos, Andrea me había comentado que él se había hecho un tatuaje, pero nadie sabía lo que era, y yo aun no lo había visto.

Abrí el siguiente documento.

"Ha pasado un año y medio, ya no puedo más, te extraño demasiado, pero sé que cuando regreses esto no podrá ser, yo no sé si tú me quieras, pero si lo haces todo será imposible, nuestra familia no lo permitirá; conocí a una chica que dice estar enamorada de mí, es una vampiresa, yo no la quiero, pero la necesito para olvidarte, se llama Susana, lo más probable es que no quisieras saber su nombre, pero tenía que decírtelo; mi padre me compro una motocicleta, cuando llegues tienes que montarte conmigo, juro que te pasearte por toda la ciudad, así me lastime hasta el alma, pues se que no te podre tener"

Ya en esa carta había conocido a Susana, pero seguía siendo el mismo chico, el mismo antes de convertirse en el chico que me trato mal el día en que llegue a Estado Unidos después de tres años.

Seguiría leyendo luego, tenía mucho sueño y los ojos me ardían después de haber llorado.

- ¿Kamil? - escuche la voz de mi madre, me levante de la cama limpiando mi rostro. - ¿Qué haces aquí? ¿Donde está Cesar?

Temía que alguien me hiciera esa pregunta.

- Lo siento, me dormí por error aquí. - observe la laptop a mis pies y la empuje hacia debajo de la cama. - No sé donde esta, cuando llegue no estaba. - mentí.

Odiaba mentirle a mi mamá, pero no me quedaba de otra.

Era sábado, tenía el día libre.

- Que extraño, no lo he visto desde ayer en la noche ¿A dónde habrá ido ese muchacho ahora? - dijo saliendo de la habitación.

Yo suspire aliviada, y sentí unas manos frías en mi espalda, me volteé.

- Cesar. - se me escapo, era Daniel. - Oh Danny, ¿como entraste? No te vi.

- Ya sabes, aunque todos aquí aparenten ser humanos, a mi no me gusta mucho aparentar algo que no soy. - dije acercando su rostro a mi rostro, me sentí mal, yo lo había aceptado, y ya había besado a otra persona.

Di un paso atrás.

- ¿Que sucede? ¿No puedo besar a mi novia? - se acerco y me beso, no sentí nada cerca de lo que había sentido con Cesar, eso me aseguro que todo en mi vida había dado un giro de doscientos cincuenta grados.

- El mejor beso de mi vida. - dijo, yo sonreí ligeramente, para mi había sido el peor, pero tenía que adaptarme, el era la única persona que me podría hacer feliz sin sufrir por ello. - ¿estas bien? - pregunto.

- Si, ¿por qué habría de no estarlo? - respondí.

- Ok, y... - el miro a través de la habitación. - ¿Por qué dormiste aquí?

- No lo sé. - lo deje en las nubes. - me daré una ducha, espérame abajo ¿si?

- Claro cariño. - dijo y se esfumo.

Yo me agache y busque la laptop debajo de la cama, la apague y la lleve a mi habitación.

Me fui a duchar, cuando el agua caía sobre mi cuerpo sentía alivio, pero por dentro estaba completamente rota, yo me estaba portando demasiado mal con Daniel, el no merecía que yo lo utilizara, solo para que mi familia no se diera cuenta de lo que yo estaba sintiendo.

Al salir me mire en el espejo.

- ¿Como puedes fingir que todo está bien? - le dije a la figura del espejo.