sábado, 10 de noviembre de 2012

24. Día de Navidad (Parte 1)



*Volviendo a la Realidad*
Termine de tocar cuando Daniel entro a la habitación, quien venía a buscarme para nuestro paseo matutino de las tardes.
- Lamento interrumpirte. - me dijo.
- Tranquilo Danny ¿Nos vamos? - le pregunte.
- Claro. - tomo mi mano y en seguida salimos de la casa.
Era sorprendente como los vampiros podían arrastrar a un humano y que ellos no sintieran nada, de repente estaban en un lugar, y de repente en otro, todo era irreal, todo este mundo fantástico en el que había crecido, y si no hubiera crecido en él tal vez nunca me hubiese imaginado que algo así podría existir.
- Listo, ya estamos en nuestro lugar. - Era cierto, en nuestro lugar en el islote en medio de el lago.
El me bajo y me beso.
- Te Adoro Kamil. - me dijo.
- Eres un tonto. - le dije bromeando.
- ¿Por qué no puedes decirme que me adoras también? - me invadieron los nervios.
- Me pongo nerviosa al decir cosas así, simplemente me lo ahorro. - le dije. - Pero sabes que te adoro. - era cierto, lo adoraba, pero como un amigo.
- Ahora tú eres la tonta. - me dijo, yo reí.
- Lo sé. - respondí.
- Eres especial, ¿Lo sabes, verdad? - me pregunto.
- ¡Oh! Por supuesto. - dije alardeando.
- No seas tan modesta. - rio.
Estuvimos hablando durante toda la tarde y de pronto cayó la noche, él fue a dejarme sana y salva en mi casa y se marcho.
Subí lentamente las escaleras, no estaba muy entusiasmada por encerrarme en mi habitación.
Recorrí el pasillo directo a mi puerta, al abrirla deseé que Cesar estuviera allí, pero no lo estaba, no sabía nada de él desde hacía dos meses, el había dicho que su partida se debía a que necesitábamos olvidarnos el uno del otro, pero en cambio de eso, a mí se me  había vuelto una tarea demasiado difícil tratar de no pensar en él, ¿Le pasaría lo mismo a él? O ¿Ya me habría olvidado?
 No quería saber la respuesta a mi última pregunta, si él me había olvidado no quería saberlo, puesto que yo no había logrado si quiera poder dejar de pensar en el.
*Día de Navidad*
Eran los once de la noche, estábamos todos reunidos en la inmensa sala de la casa, alrededor del árbol de Navidad, toda la familia estaba reunida, casi, toda la familia, faltaba un miembro, Cesar.
Yo esperaba a la llegada de Daniel, había dicho que estaría allí a las diez, pero ya tenía una hora de retraso.
- Kamil. - escuche un susurro.
Lo ignore. Mi mente me hacia juegos últimamente.
- ¡Kamil! - escuche de nuevo.
Volteé, era mi madre.
- ¡Mamá! Sorry*, ya sabes, estaba en mi mundo. - le explique.
- ¡Siempre Estás en tu Mundo! - me respondió y guiño un ojo.
Ella tenía mucha razón, yo vivía en mi mundo, y de vez en cuando hasta yo misma creía que podía estar algún síntoma de esquizofrenia, pero estaba exagerando, yo no creía que estaba en otra realidad, solo a veces se me iba la honda
- ¿Danny no ha llegado? - pregunte.
- Hija, llego hace quince minutos, está en la cocina, hablando con Darwim ¿No lo viste? - ¿Danny estaba aquí? Pero eso no podía ser, el siempre que llegaba me saludaba a mí de primera, "¿Estas Celosa?" Me pregunte a mí misma.
No le respondí a mi madre, me levante exaltada y camine hacia la cocina.
En seguida vi a Danny parado a un lado del mesón con una copa en mano, junta a él mi Tío, que jugueteaba con un botón de su Nueva Camisa de Calvin Klein, mi tía Anny, había insistido en comprar ropa para estrenar este día, Ella se había Comprado un Vestido Armani negro, y me había obligado a mi usar un vestido de Satén morado.
- ¿Por qué no me Saludaste? - pregunte mirando con incredulidad a Daniel.
- Necesitaba hablar con Darwim, querida. - respondió, se acerco, jalo mi cintura y me dio un beso.
Su aliento sabía a sangre, eso era lo que había estado bebiendo en la copa que llevaba en la mano, sangre.
- ¿Nos vamos a la sala? ¡Faltan veinte para las doce! - Dijo mi tío, saliendo corriendo de la habitación, había tensión en el aire ¿Habrían tenido algún problema?
- ¿Vamos? - Dijo Danny jalándome hacia afuera de la cocina.
Al llegar a la sala, se escuchaba el piano, que estaba siendo tocado por mis padres, y todos se veían tan felices, todos mi tía Anny, que lucía algo angustiada, y trataba de disimularlo bajo una sonrisa.
Mi madre se levanto del piano dejándole el piano a mi padre.
- ¡Ha Abrir los regalos! - grito mi mamá.
Todos se sentaron en el suelo alrededor del árbol, señalando los regalos de unos a los otros.
- Hija, este es tuyo. - Dijo mi madre señalando una pequeña caja, forrada, con un gran lazo azul.
Me precipite a abrirlo, y dentro de la caja una hermosa pulsera de plata, que llevaba mi nombre.
- Mira al reverso. - dijo mi padre.
*Perfecta~Kamil~Te~Amamos*
Mis ojos se llenaron de lágrimas y enseguida les di un abrazo a mis queridos padres, siempre pensando en mí.
Todos ya tenían sus regalos, pero debajo de el árbol, aun se encontraban don regalos mas.

miércoles, 29 de febrero de 2012

23. Recuerdos y Más Recuerdos


*Diciembre*

Cada día me daba cuenta de que me encariñaba cada vez más con mis alumnos del instituto, todos aprendían muy rápido, y me trataban con un gran cariño, todos eran niños muy felices y honestos. Sus padres me amaban, decían que yo era la mejor profesora que sus hijos poden tener, y yo a todos les decía lo mismo: puede que lo sea, pero todo eso es gracias a los maestros que tuve en mi infancia, mis padres.

Estos meses Danny se volvió indispensable para mi, siempre estábamos juntos, pero aun así Cesar seguía rondando a través de mis pensamientos.

- Kamil, ¿Que quieres de regalo de navidad? - pregunto mi madre al otro lado de la cocina, yo me encontraba sentada en el mesón.

- Mamá, si te dijera que quiero, no sería un regalo. - pause. - Regálame algo que te salga del corazón.

- Vamos nena, ahora que has crecido tanto, no sé que regalarte, tu padre tampoco. - dijo acercándose a mí. - Él quiere algo especial, algo que nunca ellas tenido.

- ¿Un Jacuzzi? - bromeé.

- ¿Quiere uno? Lo podemos mandar a poner. - mi mamá sin dudas no era buena reconociendo las bromas.

- ¡Mamá! No hablaba en serio. - le dije. - No quiero algo material ¿Sabes?

- Mi niña, pero puede ser algo material con un gran significado. - menciono, entonces observe en su rostro esa mirada que ponía cada vez que se le ocurría algo. - Perfecto, me has dado una buena idea. - dijo y se esfumo.

¿Una idea? Yo no había dicho nada, pero ya sabía cómo era mamá, una sola palabra la hacía imaginar muchas cosas.

Camine hasta el piano de mis padres en la sala de estar y me aproxime a tocar; Ellos me habían contado que ese piano tenía mucho mas de doscientos años, y tenía un gran valor sentimental para ambos, ellos y sus historias, siempre maravillados con todo lo que les había sucedido, primero mi madre muere en el siglo xix, doscientos años después re-encarna, diez y ocho años más tarde vuelve a conocer a mi padre (quien se había transformado en vampiro hacia doscientos años) ella se trasforma en vampiro, meses más tarde se casa, tres años después, tiene una hija, a la cual no esperaban, ya que nadie pensó que fuera a ser una bebé en vez de un bebé, sin ninguna duda a ellos les habían sucedió muchas cosas.

Mientras tocaba se me vinieron muchas cosas a la mente, ¿Que habría sucedido si yo jamás me hubiese ido a Inglaterra? Tal vez nada hubiese sucedido, tal vez Cesar nunca se hubiera dado cuenta de sus sentimientos por mí, y tal vez así hubiese sido mejor.

*Cinco Años Antes*

Estaba en el aeropuerto, con toda mi familia, estaba ansiosa por ir a Inglaterra, mi sueño estaba por hacerse realidad.

- Hija, te visitare cada vez que pueda. - dijo mi madre.

- Cada vez que podamos. - corrigió mi padre, y ambos me abrazaron.

Mi Tío Darwim y mi tía Anny se acercaron a mí, ella con Samuel el brazos, aun tenía tres años.

- Te extrañaremos pequeña. - dijeron los dos en coro.

- Mi cantante. - dijo Samuel y puso ojitos de perrito triste.

Cesar estaba sentado y no se levantaba.

- Nena, búscate un Ingles y Cásate. - dijo Axel, mi padre le dio un fuerte codazo.

- Lo hare. - dije entre risas y mi padre me miro con fiereza, esta vez mi madre le dio un codazo a él.

- Pero que sea Vampiro, si no, no lo aceptare. - dijo Andrea acercándose para abrazarme.

- Este bien. - dije y la solté.

Mire a Cesar y este se levanto.

- Me dejaras solo. - dijo abrazándome.

- Solo por tres años, veras que se pasaran volando. - le dije. - Te extrañare hermano mayor.

- Yo también te extrañare tonta malcriada. - me dijo y yo lo golpeé.

- Te he dicho que no me digas así. - le dije y él me guiño un ojo.

Ese día todos me despidieron llenos de cariño, éramos una familia completamente feliz.

Mientras atravesaba las puertas de salida mi tía Anny abrazo a su hijo mayor, mi primo, y yo me sentí sola, ya no tendría a mi mejor amigo durante esos tres años.

martes, 28 de febrero de 2012

22. Hasta Pronto


Pude observar que Cesar le había hablado a mi tía Anny, y ella lo abrazo, me había hecho caso.
Llego la media noche y todos se habían ido a sus respectivas habitaciones.
Yo aun me encontraba en la sala hablando con Daniel.
- Me haces feliz Kamil. - me dijo.
¿Que debía responder a eso? ¿Acaso tenía que decirle que él me hacia feliz cuando no era así?
- No es para tanto. - le dije y él me miro de una forma muy extraña.
- Si, lo es, eres la persona que mas me hace feliz. - cada vez me sentía peor, me hacía sentir una mala persona.
- Basta, me sonrojas. - le dije.
Él me beso e informo que se iría; al él irse, subí rápido las escaleras hasta mi habitación.
Entre rápido y cerré la puerta con cuidado.
Y me deslice de espaldas en ella, hasta que caí en el suelo.
- ¿Que sucede? - escuche la voz de Cesar, observe en la dirección en que la había escuchado, estaba sentado en mi cama.
- ¿Qué haces aquí? - le pregunte sin levantarme del piso.
Corrió hacia donde yo estaba.
- ¿Que te hizo ese Daniel? - me interrogo, yo lo mire con incredulidad.
- ¡Cesar! Danny no me hizo nada, y no me hará. - le replique.
- No quiero discutir. - paso su mano a través de mi rostro. - Solo quiero que estés bien.
- ¿Por qué te preocupas tanto por mi? - quise saber.
- Por la misma razón por la que tú me buscas. - me dijo.
¿Por qué lo aliviaba? ¿A él lo aliviaba saber que yo estaba bien?
- Kamil, se que tu y yo no podemos tener nada. - menciono. - pero no puedo evitar tenerte cerca, y quererte.
- Cesar, sé que me quieres, y yo también te quiero, pero creo que es mejor, por nosotros, que... - no me dejo terminar, me robo un beso.
- Me iré de la casa, Kamil, esta vez lo hare por unos meses, para pensar, sobre nosotros, - tomo aire. - Tengo que olvidarte, tenemos que olvidarnos. - me dijo.
- Creo que tienes razón. - le dije, pero por dentro estaba completamente desmoronada, ¿soportaría estar lejos de el por unos...Meses? - ¿Por cuánto tiempo te vas? - pregunte.
- No lo sé, unos seis meses. - me dijo.
Seis meses, era mucho tiempo, ¿podría olvidarme? ¿Podría olvidarlo yo a él?
- Te extrañare. - le dije.
- No me extrañes, si lo haces, no me vas a poder olvidar. - el rio, ¿por qué lo hacía? - ¿Me darás mi regalo de cumpleaños?
- ¿Que quieres que te regale? - pregunte levantándome del suelo, él me ayudo.
- Un beso. - dijo sonriendo. - El ultimo.
Me acerque a él para rozarle los labios.
- Así no. - dijo él, se acerco mas a mí y tomo la parte de atrás de mi cabeza con una de sus manos.
- Eres un tramposo. - dije después del beso.
- Siempre. - dijo y salió corriendo de la habitación.

21. Sorpresa Parte 2


- Que bipolar eres. - mencione. - primero preguntas porqué te busco tanto, y después tratas de acercarte.

Yo me aleje un poco, y empecé a caminar hacia el jardín, no me había echo gracia lo que había dicho, pues el mismo dijo que teníamos que mantenernos lo más alejados posible.

Sentí que llego a mi lado.

- ¿Que está pasando dentro de la casa? - me pregunto volteándose de espalda sin dejar de caminar.

- ¿Sabes que dicen que cuando se camina hacia atrás se invoca al diablo? ¡Acomódate! - dije y el enseguida se inmuto, a nosotros nos habían criado en la religión católica. - Y... No pasa nada en la casa.

- ¿Y por qué razón no quieren que entre? - dijo. - ellos piensan que porque este afuera no puedo escuchar sus pensamientos, pero si lo hago, fuerte y claro. - me dijo.

- ¿Y los míos, no verdad? - le pregunte.

- No Kamil, yo me cerré a tus pensamientos, pero cuando quiera puedo abrirme de nuevo. - me explico.

- Entiendo. - le dije y me senté en un banco de concreto que había en medio de los arbustos llenos de flores.

Cesar se sentó a mi lado y puso sus manos en sus muslos.

- ¿En serio soy bipolar? - pregunto viendo a lo lejos.

- ¡Si! Si, lo eres. - le dije.

Él rio y se acerco a hacerme cosquillas.

- No, Cesar, por favor no. - grite yo entre risas.

Se detuvo de repente.

- Andrea si es fastidiosa, solo hizo escucharte y ya pensó que había tratado de sobrepasarme. - se abrazo el mismo. - Ella me cree un psicópata, un violador o algo así.

- No le prestes atención. Ella solo se quiere asegurar de que no nos relacionemos más de lo que debemos. - le dije.

- No me gusta que me vigile, ya te lo dije. - estaba frustrado, yo puse mi mano en su hombro.

- Tranquilo, solo relájate. - mi hippie interior salió a la luz.

- ¿Que te hicieron esos Ingleses? - me miro de reojo. - Estas tan pacifica, antes te gustaba pelear.

- Ah, ¿quieres que vuelva la antigua yo? - le pregunte.

- No, así eres más fácil de manejar. - yo abrí mi boca en gesto de asombro.

- Me ofendes. - le dije y me levante.

Volví a empezar a caminar por el jardín. Cesar me siguió.

- ¿Dónde está tu Novio? - me interrogo desde atrás, yo me volví.

- No lo he visto en todo el día, supongo que esta de caza. - le explique, pero yo no tenía porque hacerlo, y ¿por qué preguntaba por él? Si hacia unos minutos había dicho que no era de su confianza.

- De caza, ummm, si claro. - dijo Cesar.

- Pero ¿Por qué hablamos de Danny? Y no de "Susana". - le dije.

- Hace meses no sé nada de esa tipa. - me dijo como si estuviera hablando de una cosa.

- ¿Y donde estuviste estos dos últimos meses? - quise saber.

- En un lugar llamado Memoria*. - me dijo, no entendí.

- Explícate. - le pedí.

- Estuve en muchos lados, pensando, leyendo mi propia mente, ya estoy cansado de leer la de los demás. - me dijo.

- Y ¿por qué no te cierras al igual que hiciste con mis pensamientos? - pregunte.

- Solo puedo evitar una mente a la vez. - yo capte.

Entonces en ese momento nos llamaron desde dentro de la casa, nos fuimos caminando y llegamos a la puerta principal.

- Cesar, ¿Te puedo pedir algo? - le dije.

- Dime. - respondió.

- Háblale a tu mamá. - dije mientras abría la puerta.

Todos gritaron sorpresa y Cesar solo sonrió.

Yo no entendía lo que había pasado entre él y nuestra familia, antes de yo haberme ido a Inglaterra todo estaba bien, todo era perfecto.

Todos se acercaron y lo felicitaron, uno por uno lo fue abrazando.

Sentí que me tomaron el brazo.

- Buen trabajo. - me dijo mi tío Darwim.

En ese momento llego Daniel y me separo de todos, durante toda la noche, y Cesar solo trataba de ignorarnos lo mejor posible.

jueves, 26 de enero de 2012

20. Sorpresa 1era Parte


- Pues vete tú también. - dije, escuche que abría la puerta. - ¡Espera! Pásame la toalla, ¿si? - le dije.
El me la tiro por encima de las puertas de la ducha.
- Gracias. - dije, me envolví en la toalla y salí, ya Cesar no estaba allí.
Salí a mi habitación, y tampoco estaba allí, me quite la toalla, y camine al closet.
Sentí la puerta, me tape lo que pude tapar.
- Lo siento. - dijo Cesar cerrando la puerta de un golpe; era lo único que me faltaba, que me viera desnuda.
Nunca había pasado un momento más incomodo que ese. Sentía un ardor en mis mejillas; ¿como haría para poder volver a verle la cara a mi primo después de eso?
Me vestí rápido y baje las escaleras, pues mi tía me esperaba.
Llegue a la cocina, mi tía estaba haciendo comida.
- ¿Tía de que querías hablar? - dije sentándome.
En ese momento entraron mis padres, Andrea y Axel, me empecé a preocupar ¿se habrían enterado?
- ¿Que sucede? - pregunte.
Entonces Samuel entro a la habitación.
- ¡Queremos hacerle una fiesta sorpresa a Cesar! - dijo Samuel. - Tenemos que aprovechar ahora que no está.
- ¿Se fue? - pregunte. - ¿y qué pasa si no vuelve esta noche?
Axel rio.
- Kamil tiene razón, puede que Cesar celebre esta noche con alguna chica. - cuando Axel dijo eso Andrea me dirigió una mirada sofocada.
- No, Cesar siempre está aquí en sus cumpleaños. - dijo tío Darwim.
- ¿Por qué quieren planearle una fiesta sorpresa cuando se porta tan mal con ustedes? - le dijo Andrea a tía Anny, esta miro por la ventana.
- Porque a pesar de todos sus errores, es mi hijo. - dijo sin dejar de ver hacia la ventana.
Ella tenía razón, podía ser que el allá cometido muchísimos errores, pero al fin y al cabo era su hijo.
- ¿Cuando empezamos? - dije dándole una palmada en el hombro a mi tía, esta volteo a verme y me sonrió.
- Ahora mismo. - dijeron mis padres en coro. - Tendrás el día libre.
Nos pusimos en marcha, teníamos poco tiempo.
Acomodamos toda la casa, pero justo cuando estábamos a punto de terminar, Cesar venia llegando y para ocurrencia de mi tío Darwim, me mando a distraerlo.
Si ellos supieran que no nos conviene estar juntos.
Corrí a la puerta antes de que la fuera a abrir y salí, lo busque con la mirada hasta que lo encontré, estaba tocando el agua de la fuente, yo me acerque lentamente y me senté en el borde de la fuente.
- ¿Por qué me buscas tanto? - dijo.
Él tenía razón, yo lo estaba buscando demasiado, y no debía hacer eso, pero me sentía confundida, solo con él me olvidaba de la confusión y volvía a poner mis pies sobre la tierra; pero esta vez me había mandado.
- Me alivias. - le respondí, el dirigió su mirada a la puerta de la casa.
- Estoy cansado de que Andrea me este vigilando, ¿ella no se da cuenta de que yo solo me acerco a ti para protegerte? - me miro.
- ¿Protegerme de qué? - proteste.
- De Daniel. - vacile, Danny no me hacia ningún daño, yo sentía que el daño se lo hacía yo a él, por utilizarlo.
- No me tienes que proteger de él. - resople.
Cesar me tomo del brazo.
- Él no es el que todos creen. - menciono sin soltarme.
- Bueno si, como digas. - no quería discutir, solo tenía que distraerlo. - ¿Damos un paseo?
- Como te gusta dar paseos ¿no? - era cierto, yo daba muchos paseos.
- No seas aguafiestas, da un paseo conmigo. - dije jalándolo, pero no podía con él.
- Esta bien, pero que ironía, es mi cumpleaños y yo soy el que te complace a ti. - dijo, en este momento daba gracias a Dios porque él no leyera mi mente, pues yo se lo había prohibido.
- Pero vamos, razona, ¿Que podría yo regalarle a un vampiro? - bromee.
Él acerco su rostro al mío.
- Ya me lo hubieses dado, si no hubieras huido de mi temprano en la mañana. - susurro.

martes, 24 de enero de 2012

19. ¡Sal de aquí!


Por supuesto que no quería que hubiera una pelea, salí de su cuarto rápidamente, y justo cuando iba a entrar al mío sentí unas manos en mi cintura, estaba seguro que era Danny.

- Hay, tontita. - si era él.

- Danny. - dije, el se acerco a besarme.

No me sentí bien haciendo ese tipo de cosas, haber besado a un chico, y besarme con otro después.

- ¿De dónde vienes? - pregunto.

- Ah... Estaba con Cesar, me hablaba sobre Susana. - le mentí.

- ¿Susana? ¿Su novia? - me dijo mientras entrabamos a la habitación.

Se escucho un golpe en la pared del cuarto de Cesar.

- Si, su novia. - dije yo con fastidio.

Se abrió la puerta.

- Kamil, vienes un momento. - exclamo Cesar.

Yo salí rápido, el estaba enojado.

- El no tiene buenas intenciones. - me dijo en voz muy baja.

- ¿A qué te refieres? - le pregunte.

- A que el no te quiere de la forma que él dice. - seguía sin saber a qué se refería.

- ¿Como lo sabes? - me puse la mano en la cintura.

- Sus pensamientos no me agradan Kamil, son obscenos. - me dijo yo torcí los ojos, entre a mi cuarto y le cerré la puerta en la cara.

Me gustaba que estuviera celoso.

- ¿Que quería tu primo? - dijo Daniel desde mi cama donde estaba sentado.

- Nada. - le dije.

- Este bien. - dijo.

Era domingo y Estuvimos toda la tarde formando melodías, el con la guitarra y yo con el violín.

28 de Octubre

Sonó la alarma, No quería levantarme, pero tenía que hacerlo, hoy había que dar clases, era viernes.

Abrí los ojos y observe a través de la habitación, cuando vi en mi cama... Cesar, quien sonrió cuando me vio despierta.

- ¿Que haces aquí? - entonces recordé era su cumpleaños, me abalance encima de él y le di un fuerte abrazo, olvidándome que aun estaba en pijama. - Felicidades, ya tienes veinticinco. - reí.

El me abrazo muy fuerte, se me agotaba el aire.

- Deje de cumplir años el día que me transforme, aun tengo veintitrés, igual que tu. - me dijo soltándome.

Yo me tape las piernas, que las tenia descubiertas, pues la pijama era un de short y una franelita escotada.

El me miro con picardía.

- Cesar, no me mires así, recuerda nuestra decisión. - le dije.

- Odio esa decisión. - me dijo y se acerco a mi rostro, enseguida las cortinas de mi cama se cerraron. - ¿Que me darás de regalo de cumpleaños?

Yo no había pensado en que regalarle.

¿Pero que estaba pensando? ¡Se me iba a hacer tarde para ir al instituto!

Me lo quite de encima y me levante de la cama.

Estuve a punto de quitarme el blusón hasta que recordé que Cesar estaba allí, me metí en el baño y abrí la ducha.

- ¿Tu no trancas el baño? - dijo su voz mientras me bañaba.

- ¡Cesar sal! - casi le grite.

- Oh, oh. - dijo él.

- ¿Qué pasa? - le pregunte.

- Alguien te está buscando, y viene hacia el baño, lo trancare. - me dijo.

¿Acaso estaba loco? Se iba a trancar conmigo en el baño.

- Kamil, ¿estas ahí? - que pregunta tan obvia, se suponía que si no estaba en mi cuarto, tendría que estar en el baño o ¿no?

- Obvio que estoy aquí. - respondí.

- Ok, te espero abajo, es tu tía Anny, hablare contigo. - ¿hablar conmigo? ¿Sobre qué?

- Ya se fue. - dijo Cesar.

jueves, 5 de enero de 2012

18. Fue mi Culpa


- Me dijeron que ya estabas aquí. - dijo Andrea, yo retrocedí y me mordí el labio inferior. - Denle gracias a Dios, que fui yo la que entre y no uno de sus padres.

- Lo siento, fue mi culpa. - Cesar se había echado la culpa, y en realidad había sido yo la que lo había besado, tenía que hacer algo.

- No, fue mi culpa Andrea, yo lo bese. - dije.

Andrea que se había quedado en la puerta después de cerrarla corrió hacia nosotros y se sentó en medio de los dos, tomo la mano de Cesar con su mano derecha, y la mía con su mano izquierda.

- No importa quién tiene la culpa, yo no los juzgo, pues cuando yo conocí a Axel, ni Anny ni Paul querían que yo estuviera con él, y sé que en el corazón no se manda. - suspiro. - Pero tienen que pensar en el daño que le harán a sus padres. - ella apretó mi mano y me miro directo a los ojos. - Y tu Kamil, piensa en Danny, en el daño que le harás si se entera que amas a otro, y ese otro sea Cesar.

- Como tú has dicho, en el corazón no se manda. - dijo Cesar.

- Pero si en la razón; y ustedes tienen que entrar en razón. - nos dijo. - Hablen a ver que hacen, yo solo les doy ese consejo, tengan cuidado si piensan volver a besarse.

Yo sentí un ardor en mis mejillas.

- Ah, y también controla eso Kamil, o todos se darán cuenta si te pones roja cada vez que estas cerca de Cesar. - observe una sonrisa en el rostro de Cesar. - Hablen, todos nos iremos de caza, Samuel está en su habitación, estén pendientes.

Andrea salió corriendo de la habitación.

- No solo tus mejillas se ponen rojas. - dijo Cesar, sentí un aire dentro de mi estomago, ¿serian las tales mariposas de quien todo el mundo hablaba? - mira tú cicatriz.

Mire mi brazo y la cicatriz parecía estar a punto echar sangre.

- Yo no pensé que tú fueras a sentir lo mismo por mí. - me dijo.

- Yo jamás pensé en que tú y yo nos fuéramos a enamorar. - le dije.

- Si te debe sorprender de que te enamores de alguien que no toca ni un solo instrumento. - cuando él dijo eso recordé que yo dije que mi chico ideal no tendría que ver nada con la música.

- En realidad no me sorprende, lo que me sorprende es que me allá enamorado de mi primo, con quien crecí. - dije.

- Tú y yo no somos primos, no tenemos la sangre para decir eso. - dijo recordándome que su madre y mi padre no eran hermanos de sangre.

El tenía razón, pero no podíamos, Andrea también tenía razón en cuanto a que teníamos que pensar en lo mucho que haríamos sufrir a nuestros padres.

- Kamil ¿no me responderás? - dijo.

- Lo siento. Pero creo que Andrea tiene razón, puede que nos queramos, puede que nos amemos, pero tenemos que pensar en nuestra familia. - le explique.

- Sufriremos mucho con esta decisión. - dijo, se levanto y beso mi frente.

Yo tome su mano.

- ¿Podrías...? - el puso su dedo índice encima de mis labios.

- Nos haría desear más, no podemos. - dijo, había leído mi mente.

- ¡Dije que no leyeras mi mente! - apreté su mano.

- No la leí, solo se reconocer ese deseo, pues yo estuve durante mucho tiempo deseándolo. - dijo, ahora beso mi mejilla, tomo su computadora y salió caminando a paso humano.

La confusión me invadió, no estaba segura de lo que había hecho, ¿acaso había rechazado a mi verdadero amor?

No, Cesar no podía ser mi verdadero amor porque él y yo nos conocíamos de bebés, estuvimos unidos desde ese momento en que yo nací.

Corrí hacia fuera de mi cuarto, hasta la puerta de su cuarto, la casa estaba desolada.

- ¿Cesar estas aquí? - dije entrando.

- Si, Kamil, no deberías estar aquí. - me dijo cuando cerré la puerta.

- Es que quiero hacerte una pregunta... - el asintió, mientras se quitaba la camisa, yo me preocupe, tenía sus músculos bien marcados. - ¿Como evitaremos que se den cuenta? Y ¿por qué te desnudas?

- Kamil, era solo una pregunta, pero está bien. - El rio. - me desnudo porque me daré una ducha, tu entraste justo cuando iba a quitarme otra cosa. Y ¿como lo evitamos? Tratando de no entrar a nuestras habitaciones tanto, y también tratando de no hacer mucho contacto visual.

- ¿Otra cosa? ¿Qué? ¿El pantalón? - el torció los ojos, pero también asintió. - Este bien, no entrare mas así.

- Ah, otra cosa, Daniel viene entrando a la casa, y no puedo evitar odiar sus pensamientos. - lanzo la camiseta que aun tenía en manos, bien lejos. - Anda a tu habitación, si no quieres que allá una pelea aquí.