martes, 28 de febrero de 2012

22. Hasta Pronto


Pude observar que Cesar le había hablado a mi tía Anny, y ella lo abrazo, me había hecho caso.
Llego la media noche y todos se habían ido a sus respectivas habitaciones.
Yo aun me encontraba en la sala hablando con Daniel.
- Me haces feliz Kamil. - me dijo.
¿Que debía responder a eso? ¿Acaso tenía que decirle que él me hacia feliz cuando no era así?
- No es para tanto. - le dije y él me miro de una forma muy extraña.
- Si, lo es, eres la persona que mas me hace feliz. - cada vez me sentía peor, me hacía sentir una mala persona.
- Basta, me sonrojas. - le dije.
Él me beso e informo que se iría; al él irse, subí rápido las escaleras hasta mi habitación.
Entre rápido y cerré la puerta con cuidado.
Y me deslice de espaldas en ella, hasta que caí en el suelo.
- ¿Que sucede? - escuche la voz de Cesar, observe en la dirección en que la había escuchado, estaba sentado en mi cama.
- ¿Qué haces aquí? - le pregunte sin levantarme del piso.
Corrió hacia donde yo estaba.
- ¿Que te hizo ese Daniel? - me interrogo, yo lo mire con incredulidad.
- ¡Cesar! Danny no me hizo nada, y no me hará. - le replique.
- No quiero discutir. - paso su mano a través de mi rostro. - Solo quiero que estés bien.
- ¿Por qué te preocupas tanto por mi? - quise saber.
- Por la misma razón por la que tú me buscas. - me dijo.
¿Por qué lo aliviaba? ¿A él lo aliviaba saber que yo estaba bien?
- Kamil, se que tu y yo no podemos tener nada. - menciono. - pero no puedo evitar tenerte cerca, y quererte.
- Cesar, sé que me quieres, y yo también te quiero, pero creo que es mejor, por nosotros, que... - no me dejo terminar, me robo un beso.
- Me iré de la casa, Kamil, esta vez lo hare por unos meses, para pensar, sobre nosotros, - tomo aire. - Tengo que olvidarte, tenemos que olvidarnos. - me dijo.
- Creo que tienes razón. - le dije, pero por dentro estaba completamente desmoronada, ¿soportaría estar lejos de el por unos...Meses? - ¿Por cuánto tiempo te vas? - pregunte.
- No lo sé, unos seis meses. - me dijo.
Seis meses, era mucho tiempo, ¿podría olvidarme? ¿Podría olvidarlo yo a él?
- Te extrañare. - le dije.
- No me extrañes, si lo haces, no me vas a poder olvidar. - el rio, ¿por qué lo hacía? - ¿Me darás mi regalo de cumpleaños?
- ¿Que quieres que te regale? - pregunte levantándome del suelo, él me ayudo.
- Un beso. - dijo sonriendo. - El ultimo.
Me acerque a él para rozarle los labios.
- Así no. - dijo él, se acerco mas a mí y tomo la parte de atrás de mi cabeza con una de sus manos.
- Eres un tramposo. - dije después del beso.
- Siempre. - dijo y salió corriendo de la habitación.

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