jueves, 29 de septiembre de 2011

14. Una Carta Que Nunca Llego


Lleve mi mano hasta mi boca, Cesar me había besado, y sentí, esas campanas que dicen que suenan cuando llega el amor.

Pero no podía ser, el y yo éramos primos, no de sangre, pero igual nos habían criado juntos.

Me tire al suelo de su habitación, cuando decidí abrir mi corazón no era exactamente a Cesar, era a Daniel, y cuando decidí darle una oportunidad a Daniel, me había dado cuenta que yo quería a Cesar más de lo que debía quererlo, no lo quería, ni como primo, ni como hermano, ni como amigo.

Me había enamorado de Cesar, mi primo.

Andrea entro de nuevo a la habitación, y esta vez estaba calmada.

- ¿Que ha sucedido? - dijo. - ¿hablaron?

Yo seguía en el suelo, y quería quedarme allí, siempre, no quería levantarme, me sentía devastada.

- ¿Por qué yo no me di cuenta? ¿Soy tan tonta? - le pregunte.

- A veces las cosas las tenemos en nuestras narices y no nos damos cuenta. - me consoló.

- Me beso. - dije al fin, ella abrió los ojos como platos.

- ¿Que sentiste? - pregunto enseguida.

- ¿Que debía sentir? - respondí con otra pregunta.

- Nada, no debiste sentir nada. - me dijo con gran seriedad.

- Pues lo sentí todo. - se me escapo una lagrima.

- Eso era lo que me temía. - dijo. - ambos están enamorados, uno se había dado cuenta hace mucho y lo escondía, y otro no estaba consciente de nada.

- ¿La ultima soy yo? - vacile.

- ¿Tu qué crees? - me dijo.

- Esto no puede ser. - mencione.

- Ya te dije que es real, pero nadie se puede enterar ¿de acuerdo? - yo asentí. - ¿Donde está Cesar? - pregunto, yo sentí un escalofrió.

- Se fue. - se volvió a escapar una lagrima.

- Como me dijiste tu una vez... Volverá, ya lo veras. - dijo.

- No sé, se veía muy mal. - dije levantándome del suelo.

Camine hasta su cama, donde una vez dormí en sus brazos; me tire en ella.

- Tiene que regresar, por sus padres. - pauso. - nena, tienes que hacer como si nada de esto paso, continua con tu vida, recuerda a Danny, el te quiere.

- Lo sé, pero es difícil, dejemos que pase el tiempo, todo está muy reciente. - le dije y me tape la cara con la almohada de mi... De Cesar.

- Esta bien, pero no estás empezando bien así. - ella se refería a que no debía quedarme en su cama ni en su habitación, pero lo haría no me importaba nada.

- Cálmate, nadie se dará cuenta. - le dije.

- Eso espero, a quien más se lo tienes que ocultar es a Daniel, ya sabes. - dijo saliendo del cuarto.

Yo me puse boca abajo, y me tape con la cobija, la cama de Cesar resultaba ser más cómoda que antes.

Me levante de la cama y camine hacia un escritorio que estaba enfrente, había una laptop, y la tome, quería averiguar mas sobre lo que había sucedido antes de que Cesar se fuera.

Encendí la computadora, tenia clave, intente con las fecha de cumpleaños de él: *281010*; no era esa, intente su nombre completo: *CesarKeledRichieClanwderd*; tampoco era, ¿cual sería la clave?

- Ya se. - me dije.

Escribí, si el de verdad estaba enamorado de mi, mi nombre tendría que ser la clave: *Kamil*; no era escribí mi nombre completo: *KamilAnnyelClanwderdTyson*.

- Acceso Permitido. - escuche a través de las cornetas.

Perfecto, ahora tenía que buscar algo que no sabía dónde estaba, ni que era, pero sentía que estaba ahí.

Me metí en la carpeta mis documentos, luego en una carpeta que decía: Privado, había otras tres carpetas, una llevaba mi nombre, la abrí, había una carpeta con fotos mías y de él, desde pequeños hasta los diez y siete años, dentro de la carpeta 'Kamil' había unos cuantos documentos de Word, abrí el primero:

"Kamil, hace un mes que te fuiste, me haces muchísima falta, me he dado cuenta que te quiero mucho más de lo que pensé que te quería; extraño todo de ti, eres una tonta por dejarme solo aquí, Samuel también te extraña, le hace mucha falta tus juegos y que le cantes para dormir, la voz de mi madre no se compara con la tuya, incluso mi hermano se tapa los oídos, al igual que como dicen tus padres que yo me los tapaba cuando ellos tocaban en piano antes de que tu nacieras; te cuento que me hare un tatuaje, será genial ¿no?

Pos: Creo que mis sentimientos por ti están cambiando"

Esa carta la había escrito un mes después de irme a Inglaterra, pero yo nunca la recibí.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

13. No Puede Estar Pasando


Cuando fui a soplar las velas, Cesar rodeo mi cintura con su brazo, y segundos después Danny tomo mi mano.

Todos se acercaron a abrazarme, y pude darme cuenta un intercambio de miradas aterrorizantes entre Danny y mi primo.

- La pregunta era... ¿Me abrirás tu corazón? - dijo Danny sin haber soltado mi mano.

Ya Cesar se encontraba sentado, en una de las sillas del comedor, y volteo los ojos cuando Daniel hablo, Andrea quien estaba al lado de él le dio un codazo.

Yo mire a Daniel, no sabía que responderle, había pasado un año desde que él había empezado a cortejarme, y yo no sedea; él era muy guapo, aquí que asentí y él me abrazo.

Horas después todos se habían marchado, cada uno de mis familiares estaba en su habitación y yo me encontraba en la cocina comiendo el merengue que había quedado de la torta.

Al terminar me aproxime a subir las escaleras, camino a mi cuarto escuche una discusión, en la habitación de Cesar, era él, y Andrea.

- Tienes que dejarla ser feliz con alguien que de verdad la quiera. - gritaba Andrea. - Lo de ustedes es imposible y tú lo sabes.

- ¡Pues yo la quiero! Más que eso... ¡La amo! - gritaba Cesar, ¿de quien estarían hablando? - y sé que eso no puede ser, pero tampoco será feliz con él, porque ella no lo quiere.

Me estaba asustando, cada vez me parecía que hablaban de mi, pero eso no podía ser, Cesar había dicho: ¡La amo!, el no podía amarme a mí.

- ¿Por qué no se lo preguntamos a ella? - dijo Cesar. - Pues en este mismo momento nos está escuchando.

Y allí caí, si hablaban de mi, pero, ¡Eso no podía seré! Tenía que estar soñando.

Se abrió la puerta frente a mí, quede paralizada, era Andrea, me jalo del brazo arrastrándome hasta adentro de la habitación.

- Esto es lo que he querido decirte hace más de un año. - me dijo Andrea, yo aun estaba paralizada. - Pero el siempre me interrumpía.

Esto no podía estar pasando, no en mi cumpleaños, no cuando justo había decidido abrir mi corazón.

Yo mire a Cesar, el miraba el suelo.

- No puede ser. - le dije a Andrea.

- Lo es, siempre lo ha sido, ¿no has notado que él nunca ha podido vivir sin ti? - Andrea lo miro, con rabia en los ojos. - Por eso el ya no se la pasa en esta casa, quiere estar fuera todo el tiempo, para no sufrir viéndote, sabiendo que jamás podrá tenerte.

Andrea salió de la habitación con un portazo.

Yo volví a mirar a Cesar, una lágrima corrió por mi rostro, y no sabía la razón.

El corrió hacia mí y limpio la lagrima, yo baje mi cara, y mire hacia el piso.

- Si todo eso es cierto... ¿Por qué nunca me dijiste? - dije sin dejar de ver hacia abajo.

- Porque no podía, porque no fue hasta antes de que te fueras que me di cuenta de lo que siento, de esto. - el me jalo hacia él y me abrazo, yo estalle en lagrimas.

- Perdóname Kamil, pero tú no tenias porque enterarte, tú eres mi prima, mi hermana, y mi mejor amiga. - continuo hablando, yo seguía llorando sobre su pecho.

No entendía la razón por la cual lloraba, tampoco entendía la razón por la cual él se había enamorado de mí.

El me alejo de su costado.

- No llores. Se feliz con Daniel. - dijo levantando mi barbilla para ver mis ojos. - No permitas que tu alma se corrompa por mí.

Se fue caminando a paso muy lento, al pasarme por un lado me volteé y jale su brazo.

- ¿A dónde vas? - pregunte limpiando las lagrimas que aun corrían por mi rostro.

El volvió hacia mí y beso mis labios, yo me paralice, de nuevo.

- Lo siento, lo necesitaba. - dijo y se esfumo, sin responder a mi pregunta.

12. Feliz Cumpleaños a Mi

Pasaron los meses, ya llevaba un año viviendo en mi país nativo; mi familia volvió a ser la misma, Cesar, volvió a ser el mismo, aunque aún seguía desapareciendo de la casa; Andrea seguía insistiendo en que mi primo estaba enamorado, pero cada vez que estaba a punto de decírmelo, llegaba Cesar diciendo lo mismo de siempre, que él no estaba enamorado, y si lo estuviera ya me lo hubiera dicho.

Estábamos a veintidós de agosto, era mi cumpleaños número veintitrés, la familia pensaba hacer una pequeña reunión entre ellos y algunos amigos míos de la secundaria.

También estábamos en época de vacaciones y para el día de mañana todos nos iríamos Orlando Florida, para disfrutar lo que nos quedaba de vacaciones.

- Hay, prima, ¿puedo entrar? - dijo Samuel (quien ya tenía ocho años), desde la puerta de mi cuarto.

- Claro entra. - le dije.

- Tus amigos están llegando, creo que ya deberías bajar. - en el momento en que Samuel dijo eso mi tía Anny entro a la habitación.

- ¡Por supuesto que no! ¡Ella se queda aquí hasta que yo la llame! Daniel entra. - dijo mi tía.

- Hi* Danny. - dije yo, 'Danny' era el diminutivo de Daniel.

- Hola querida Feliz Cumpleaños - se acerco a la cama donde yo me encontraba sentada y beso mi mejilla.

Escuche como mi tía le murmuraba algo a Samuel sobre su ropa y ambos salieron discutiendo sobre eso de la habitación.

Danny me miraba, mientras yo escribía en mi cuaderno de panfletos.

- ¿Qué haces Kamil? - me pregunto.

- Compongo una canción, ¿me ayudas? - respondí.

- Eh claro, déjame verla. - me quito el cuaderno y empezó a leer. - Aquí, debería decir: Amada por todos, y yo amo solo a uno. - dijo señalando una estrofa.

- ¿Y a quien amo yo? - yo sabía la respuesta a mi pregunta: - No amo a nadie.

- Porque no me abres tu corazón. - dijo.

- Oye, eso quedaría perfecto en la canción. - pause para escribir. - Mira: Amada por todos, amando solo a uno, pero tú no te abres, tu corazón está cerrado, ante mí, ante todas. - canté.

- Oh, tu voz es perfecta. - me miro maravillado, pero luego bajo la vista. - aunque no dije eso para la canción... - me tomo la mano. - Tú me gustas Kamil, desde el primer día en que te vi, pero no me dejas entrar en tu corazón.

Me sorprendí, se me había declarado, no sabía que decir, quede atónita.

Se abrió la puerta del cuarto.

- Ya baja Kamil. - dijo mi tía.

Me levante y camine hacia la puerta, Danny me siguió.

- Me debes una respuesta. - dijo desde atrás mientras bajábamos las escaleras.

Al llegar a la planta baja lo mire.

- Esta bien, ¿cual era la pregunta? - le dije.

Pero todos llegaron a felicitarme y lo apartaron de mí.

Después de que todos me felicitaran, lo busque con la mirada, no estaba allí, se había marchado.

- Venga Kamil, ¿a quién buscas? - dijo la voz de un amigo. - ven a sentarte con nosotros.

Camine hasta ellos y nos pusimos a charlar, había tantas cosas que contar, todos me preguntaban si había tenido novio en Londres, y siempre respondía que no, aunque no era cierto, si había tenido un novio, llamado Benjamín, mis padres en uno de sus viajes de visita lo habían conocido, pero en cuestión de meses ya nos habíamos separado, el tuvo que mudarse a Israel, por un empleo de su padre, y eso no tuvo un gran efecto en mi, en realidad yo no sentía estar enamorada de él, así que no le contaba a nadie sobre su existencia en mi vida.

- Chicos, ¿le cantamos la torta a Kamil? - dijo mi padre entrando a la sala, me fije en mi reloj, era tarde, casi media noche.

- Vamos. - dijeron todos en coro mientras se levantaban, siempre me preguntaba, como mis amigos no se daban cuenta de que mis padres lucían menores que yo, pero mis padres nunca se dejaban ver mucho.

Mi padre guio a mis amigos a través de la casa hasta llegar al comedor, escuche que algunos murmuraban como: 'Woo, que casa tan grande' y 'Kamil sí que tiene dinero'; pero nada de esto era mío, todo era de mis padres.

En el instante que empezaron a cantarme el cumpleaños aparecieron Cesar y Danny, cada uno se puso al lado de mí, Cesar a mi izquierda, y Danny a la derecha.


11. ¿Un Buen Partido?


El tenia razón, puesto que el me contaba sobre todas sus conquistas, o al menos lo hacía antes de irme del país, pero confiaba en que pudiéramos volver a ser los mismos de antes.

- Es cierto Andrea. - dije mirándola.

Cesar me dio un codazo.

- ¡Eh! Eso duele. - le dije.

Andrea se esfumo dejándonos solos.

- Lo siento, no recordaba que era vampiro. - rio.

- ¿Aceptaras convertirme? - le pregunte, debido a que interrumpieron nuestra charla del día anterior, justo cuando yo le había dicho que me mordiera.

- No creo que sea conveniente que yo te transforme. - pauso - debería ser otra persona.

- ¿Por qué no tu? No nos convertimos juntos, me la debes. - le mencione.

El se rio a carcajadas.

- Esta bien, pero aquí no. - me respondió. - ¿Qué tal si nos vamos al campamento? Dentro de una hora nos vamos, y no creo que quieras dejar a tu novio esperar tanto por ti.

- ¿Mi novio? - Cesar estaba loco, en serio, había inventado un novio imaginario para mí.

- Si, Daniel, ¿Es tu novio no? - yo reí al escuchar sus palabras, lo rodeé con el brazo izquierdo y lo jale para que nos fuéramos caminando.

El también me rodeo con el brazo.

- ¿No responderás mi pregunta? - dijo mientras caminábamos.

- No es mi novio ¿si? - dije sin dejar de caminar.

- Que extraño, pues se la pasa hablando de ti. - detuvo nuestra caminata, y quito su brazo de mi hombro. - además, saliste con él.

- Salir y ser novios es algo muy distinto tontito. - le dije y continúe caminando.

En un segundo él estaba a mi lado.

- Te tengo envidia ¿sabes? - le dije refiriéndome a su velocidad.

- Lo sé. - dijo y continuamos caminando.

Al llegar al campamento todos estaban recogiendo, y decidimos unirnos a ellos, Daniel ya no estaba allí, aun estaba algo sorprendida por lo que me había dicho Cesar, ¿Daniel se la pasaba hablando de mí? El era muy guapo, y no me molestaba que estuviera hablando de mi, solo me preguntaba ¿Acaso en realidad yo le gustaba?

Al salir del campamento yo iba en el mismo auto que mis padres, que venían haciéndose todo tipo de cariños, y hablando sobre que trabajos tendrían para mañana lunes.

- Hija, ¿qué tal te estás llevando con Tu primo Cesar? - dijo mi madre. - Parece que al fin vuelve a ser el mismo, solo que ahora no se la pasa mucho en la casa.

- Bien mamá, estamos progresando, mucho mejor que como me recibió el día que llegue. - le dije.

- Ya veo, espero que puedan solucionar lo que paso con su promesa. - respondió mi mamá, pero eso no tenia solución.

- Las promesas no se arreglan mamá, lo debes saber, ¿Verdad papá? - dije mirando hacia fuera del auto.

- Tienes razón hija. - dijo mi padre.

- Les tengo una pregunta. - les dije. - ¿Que les parece Daniel?

Mi madre volteo hacia el asiento trasero donde yo me encontraba después de que hice la pregunta.

- ¿Te gusta Daniel? - en realidad ni yo sabía la respuesta de esa pregunta, yo solo quería saber que tanto lo conocían, o que tan bien les caía.

- ¡Mamá! - exclame. - primero responde mi pregunta.

Mi papá me observo a través del retrovisor.

- Es un buen partido. - respondió mi mamá, mientras que mi padre se quedo callado.

- Pero... Yo no pregunte eso. - mencione.

- Bueno Kamil, es un buen chico, conocedor de la música, creo que es perfecto para ti. - dijo mi papá.

Yo me altere, siempre quise que mi chico ideal no tuviera nada que ver con la música, no quería que se pareciera a mí, pues las personas que se parecen mucho suelen tener conflictos, aunque ese no era un problema para mis padres, ellos eran idénticos, el uno para el otro, mi padre siempre decía que mi madre había nacido para él; tal vez debía darme una oportunidad con Daniel, no perdería nada, pero, tenía que esperar un tiempo más.

domingo, 25 de septiembre de 2011

10. No estoy enamorado de nadie


- Te apuesto a que comemos primero que ellos. - dijo Samuel, luego tomo un sorbo de jugo. - ellos se tienen que separar, en dos grupos, los que cazan animales, y ya sabes, lo que cazan... Humanos.

- Yo espero ser de las de los animales. - le dije.

- Yo también prima. - el vio detrás de mí. - eh Daniel, ven.

Me voltee enseguida, Daniel estaba allí, con aspecto cansado, camino hacia nosotros y se sentó a mi lado.

- Chicos, ¿qué hacen por estos lados? - nos pregunto.

- Vinimos de campamento. - dijo Samuel con la boca llena de comida, yo le hice un gesto para que no lo volviera a hacer.

- ¿Y tú qué haces por aquí? - pregunte.

- Te extrañe Kamil. - tomo mi mano. - bueno, vengo de caza.

Yo me aparte.

- El caza animales prima. - dijo Samuel.

- ¡Que susto! - le dije. - ¿me extrañaste? Si a penas el jueves nos vimos.

- Pero hoy es sábado amor. - me beso la mano - han pasado dos días.

- Eso prima. - dijo Samuel. - esto me huele a...

- Amor. - interrumpió Daniel.

¿A donde había llegado esta conversación? ¿Amor? Apenas lo conocía hace tres semanas.

- No bromeen chicos. - reí sin ganas, no me gustaban las cosas apresuradas.

Estuvimos hablando hasta que llego toda mi familia, luego Daniel y el tío Darwim se fueron a caminar, tenían que hablar sobre una cosa "muy importante".

Cesar no me volvió a dirigir la palabra en todo el día, si quiera una mirada, pero claro, su novia había llegado, y al llegar ella, el se olvidaba de todo el mundo.

Andrea y Axel estuvieron abrazados, sin separarse ni en un solo segundo, y justo cuando yo mas necesitaba hablar con ella.

Llego la noche y Samuel y yo nos fuimos a dormir, estábamos en febrero y faltaban dos semanas para que el cumpliera siete años.

Mis tíos planeaban hacerle una gran fiesta.

Llego el domingo, al despertarme me di cuenta de que Samuel no estaba, ¿a dónde se abría ido ese niño?

Salí de la carpa y fui a buscarlo, camine por un largo rato hasta que llegue al riachuelo que había visitado hacia un día con mi mejor amigo. Samuel estaba allí, tirando piedras al agua.

- ¿Qué haces aquí pequeño? - le pregunte al llegar al lado de él.

- No podía dormir Kamil. - me dijo.

- ¿Por qué? - quise saber.

- Mis padres, están Aldo separados. - me dijo.

En realidad podía ser que tuviera razón, estos días, no los había visto muy pegados que se diga.

- Tranquilo. - deben andar ocupados en las cosas de su cumpleaños.

- Y mi hermano, se la pasa fuera de la casa todo el tiempo desde que tú llegaste prima. - me dijo, entonces... ¿Yo era la causa por la cual el no pasaba tanto tiempo en la casa? Pero... ¿Por qué?

En ese momento sentí unas manos frías en mis hombros, desde atrás, me voltee, era Andrea.

- Samuel, tu mamá te llama. - dijo ella. - Y Kamil, necesito hablar contigo, urgente.

Urgente, ahora... ¿Que había hecho? Daniel llego detrás de ella, me busco con la mirada y yo le sonreí.

- Daniel ¿puedes dejarnos solas un momento? - dijo Andrea sin si quiera voltearse a ver a quien tenía detrás, pero era obvio como lo sabía, los vampiros tenían excelente olfato.

El me guiño un ojo y se marcho, Samuel se fue con él.

- ¿qué hice ahora? - le pregunte sin verla.

- Nada, tú nada Kamil, o eso creo. - suspiro. - Cesar está enamorado.

- Y ¿cual es el problema? - dije. - el es una persona, tiene derecho a enamorarse.

- Pero no lo está de la persona indicada, eso será imposible. - yo la mire angustia ¿quien podría ser?

- Okay* ¿de quien podría ser, que es tan imposible como dices? - le dije.

Entonces me di cuenta de que alguien nos observaba, mire al rededor, y en el tronco de un árbol, se encontraba recostado Cesar mirándonos, al darse cuenta de que lo vi, se acerco a nosotras.

- No estoy enamorado de nadie. - dijo mirando a Andrea de una forma amenazadora. - Y si lo estuviera te lo diría yo mismo Kamil. - dijo mirándome esta vez a mí.


sábado, 24 de septiembre de 2011

9. Eres el Mejor Amigo


La mañana

Me desperté, a causa de un sonido estrepitoso que venía del reproductor mp3 de Cesar, que pesar de tener audífonos, tenía demasiado volumen; él estaba en la misma carpa que su hermano Samuel y yo.

- ¿Cesar quieres despertar a tu hermano? - le dije, no me escucho, sus audífonos lo impedían.

¡Claro el podía leer la mente! "Cesar te estoy hablando, escúchame" pensé.

Me ignoro, me entro un impulso y le quite los audífonos.

- ¿No escuchas que te estoy hablando? ¡Intente hasta que leyeras mis pensamientos! - le susurre, para no despertar a mi otro primo.

- Lo siento, tienen mucho volumen - pauso y me observo con una mirada extraña. - Además me prohibiste leer tus pensamientos.

Cogió los audífonos que estaban en mi mano.

- ¿Me hiciste caso? - 'Gracias a Dios' pensé. - bueno, si vas a seguir escuchando música, bájale, despertaras a tu hermano.

Me levante y salí de la carpa, sentí una mano fría agarrando mi brazo desde la carpa, era mi primo; se levanto sin soltarme, y dejo su mp3.

- ¿Recorremos el lugar? - me ofreció.

'Está volviendo a ser el mismo de antes' me dije a mi misma.

- De acuerdo. - le respondí y entonces nos fuimos caminando.

Llegamos a un riachuelo donde él se sentó sobre una piedra, dio una palmada en otra piedra que estaba justo al lado de donde él se había sentado, señalándome que me sentara con él.

Camine hasta el, me senté, y mire como corría el agua.

- ¿Es hermosa no? - me pregunto, yo me había perdido en la corriente y no entendí su pregunta.

- ¿Qué? - dije sin dejar de ver el riachuelo.

- La naturaleza, ¿No es hermosa? - al fin lo entendí.

- Claro, muy... Natural. - el rio.

Me rodeo con su brazo derecho y yo voltee la cabeza, para verlo.

- Eres la mejor amiga, prima y... Hermana. - eso me conmovió y lo abrace.

- Tú eres el mejor amigo, primo y hermano. - le dije, el me aparto un poco.

- ¿Te quiero sabes? - me dijo.

- Yo te adoro tonto. - el suspiro pero esa era la verdad, yo adoraba a Cesar, y fue a la persona que mas extrañe durante los últimos tres años.

Nos quedamos en silencio, escuchando el sonido del rio, y seguro el escuchaba mucho mas, por ser vampiro.

- ¡Cesar! - exclame.

- ¿Qué ocurre? ¿Estas bien? - me interrogo.

- ¡No, no estoy bien! - el se levanto, me miro de pies a cabeza, y me tomo en sus brazos. - Cesar, quiero convertirme.

Me bajo enseguida al escuchar mis palabras.

- ¡Estás loca! Me has dado tremendo susto, pensé que te sentías mal. - me regaño, ahora todo el mundo en mi familia me regañaba ¿eso era justo?

- Hablo en serio Cesar, quiero transformarme. - mire mi brazo y se lo enseñe a él. - Muérdeme.

En eso él dio un paso hacia atrás, yo me volteé, mis padres, todos mis tíos, y mi primo Samuel estaban allí.

- ¿Que hacen aquí? - nos interrogo Andrea, ¿qué le sucedía? - ¿Que ha pasado? - pregunto.

Yo camine hacia atrás justo al lado de donde estaba Cesar, le tome la mano y de nuevo en sus ojos ese destello, el que siempre vivía en ellos antes de irme a Inglaterra.

- Vinimos a dar un paseo. - dije mirando a la familia; Cesar soltó mi mano, corrió hacia donde estaba Andrea y le susurro algo al oído.

- Bueno, cariño, todos iremos a cazar, ¿Te quedas con Samuel? - me dijo mi mamá.

- Claro no hay problema. - Camine hacia ellos, y rodee a Samuel con el brazo.

Le dirigí una mirada interrogativa a Andrea, ella me tenía que explicar lo que estaba sucediendo.

Todos partieron, Samuel y yo nos quedamos en el campamento.

Me puse a hacer unos sándwich para mi primo y para mí, nos serví jugo de naranja y nos adelantamos a comer.

viernes, 23 de septiembre de 2011

8. Campamento


- No deberías hacerlo a estas horas de la noche, y menos con un vampiro. - me chocaba que Cesar me dijera lo que tenía o no que hacer, y lo hacía desde pequeño.

- Es mi amigo. - reproche.

- No confió en el. - dijo y se esfumo.

Desde cuando el decidía con quien yo podía o no estar, solo llevaba tres semanas en Estados Unidos y ya mi primo quería controlar mi vida, si quiera mis padres eran así, ellos me daban toda la libertad del mundo; Daniel era un buen chico, todos en la casa confiaban en el, todos menos Cesar, yo adoraba a mi primo pero él no tenía derecho a decidir quiénes podían ser mis amigos y quiénes no.

Me encamine a mi habitación con desdén, después de cenar, era muy tarde, y tenía mucho sueño.

Me puse mi pijama y me acosté.

A la mañana siguiente

La alarma sonó, era hora de ducharme para ir al instituto, era el último día de mi tercera semana dando clases, era viernes, y mis padres habían planificado hacer un paseo en familia durante el fin de semana.

Baje las escaleras después de ducharme y vestirme, directo a la cocina, mi tía Anny estaba allí.

- Te has levantado temprano hoy. - dijo. - Samuel apenas se está bañando.

- Familia, - saludo Andrea entrando a la habitación. - Kamil querida, tengo que hablar contigo.

- Bueno yo voy saliendo al instituto, si quieres me acompañas y hablamos en el camino. - tome una manzana.

- Este bien. - miro la manzana cuando le di un mordisco. - ¿Sigues con tu adicción a las manzanas?

Yo reí y asentí, desde pequeña ame las manzanas, mi madre me había contado que una vez ella dejo de sentirme en su vientre y comió una manzana, y unos minutos después sintió mi corazón, acelerado.

Andrea y yo salimos de la casa, y nos encaminamos al instituto.

- ¿Cesar te dijo donde estaba? - me pregunto.

- No, ayer al llegar de mi salida con Daniel, el me interrogo sobre donde había estado yo y luego se fue a su habitación. - tome aire y seguí caminando - mientras que yo me fui a la cocina a cenar.

- ¿Saliste con Daniel? - me miro con los ojos bien abiertos. - la habitación de Cesar está al lado de la mía y Axel, y cuando el llego a su habitación tiro un montón de cosas al suelo, estaba enojado.

Qué raro, yo no había sentido ningún sonido.

- ¿Aja? - dije - Que extraño, el no estaba enojado cuando hablaba conmigo, o ¿si?

- ¿Como que o sí? Tienes que saberlo. - casi me regaño, ¿qué le estaba pasando a mi familia? De repente se volvieron preguntones. - Bueno no importa, ¿como que saliste con Daniel?

- Si, no fue nada del otro mundo, me llevo a ver el lago. - ella suspiro, ya estábamos frente al instituto.

- Ah, está bien, bueno, ya me devuelvo. - y salió corriendo, en un segundo ya no la vi mas y entre al instituto.

Al culminar las clases me fui con mis padres a la casa, ellos me habían contado que todos los viernes solían irse temprano, puesto que todos en la casa se reunían en la sala para contarse todo.

Pero este fin de semana, sería distinto, iríamos a acampar, todos juntos.

Ya en el campamento, mis dos tíos y mi padre montaron la fogata, mientras que mi madre y mi tía Anny armaban las carpas.

Mis primos, Andrea y yo bajábamos las otras cosas de los autos.

Andrea le tiraba miradas matadoras a Cesar, y pude darme cuenta que el trataba de ignorarla, hasta cierto punto que ella levanto una ceja, y él la tomo del brazo.

- ¡Basta ya Andrea! - se la llevo a unos cuantos metros lejos de mi y Samuel.

Yo los mire extrañada, pues estaban discutiendo, ¿a qué se debía eso?

- Estas enamorado de ella, y eso nunca podrá ser. - fue lo único que escuche, Andrea había gritado muy fuerte y todos los habían volteado a ver.

Yo me ataree y volví a mis cosas, al igual que los demás, seguro hablaban de Susana, a nadie de la familia le agradaba la tal novia de Cesar, aunque el dijera que no era su novia, sabíamos que no era cierto, pues se la pasaba con ella, solían discutir mucho, siempre por la misma causa, Susana, pensaba que había otra chica en la vida de Cesar, y los más probable es que fuera así, ya que él, era un don Juan.

Algunas cosas habían cambiado en mi familia durante los tres años que estuve afuera, ahora eran menos unidos que antes, o tal vez yo era la que había cambiado y me había vuelto más... ¿Sensible?

Estuvimos contando historia es terror por buen rato, hasta que Samuel grito: ¡Basta! Estaba demasiado asustado.

A mí me entro el sueño y me quede dormida en los brazos de mi papá.

A pesar de tener veintiún años yo era demasiado apegada a mis padres, no podía evitarlo, ellos me criaran de una manera muy especial, suponía que lo habían hecho a propósito, para que nunca me pudiera despegar de ellos.

martes, 6 de septiembre de 2011

7. Un Paseo


Unas semanas después

No había ni rastro de Cesar; pero en cambio me había hecho muy buena amiga de Daniel, el amigo de mi tío Darwim. El tocaba la guitarra como un Dios y me enseño algunas cosas que se me habían olvidado sobre ella, ya que yo preferiría tocar el violín y el piano.

- Vamos Kamil sal conmigo esta noche. - dijo Daniel, el era muy guapo pero no me gustaba mucho adelantarme de esa forma. - por Favor.

- Esta bien Daniel, ¿a dónde me llevaras? - accedí.

- ¡Si! - hizo una señal de triunfo. - será una sorpresa.

- ¡Nada de sorpresas! - dije.

- ¿No te gustan las sorpresas? - me interrogo.

- Yo nací por sorpresa, y no sé porque no me gustan. - le respondí.

Era cierto yo había nacido por sorpresa, dos meses antes de lo esperado, no había nacido prematura, solo me había desarrollado más rápido que cualquier bebé nacido de vampiros, porque hacia mas de mil años que no nacía una niña entre los vampiros, nadie espero que yo fuera niña, todos esperaban a un niño.

- Que raro, bueno, te llevare a un lugar especial, no tiene nombre, así que... - lo interrumpí.

- ¡Dime que es! - exigí saber.

- Es un lugar especial, ya te dije; es en el lago. - yo adoraba el lago.

- ¡Oh! Adoro el lago. - el sonrió de oreja a oreja.

Me tomo de la mano y en un segundo estábamos fuera de la casa, ya era de noche, y hacia frio, pero yo estaba bien abrigada, un blue jeans, y una camisa mangas largas.

- Sube a mi espalda. - dijo agachándose de espaldas para que yo subiera, me subí con cuidado y pase mis brazos por su cuello, ya yo sabía lo que tenía que hacer, mi papá solía sacarme a pasear siempre sobre su espalda, cuando era pequeña. - Agárrate bien.

En cuestión de dos minutos ya estábamos frente al lago, el paro por un rato, y observe como tomaba impulso para volver a correr, y lo hizo, pero estaba corriendo sobre el agua, algo que mi padre, nunca había hecho, o al menos no conmigo encima.

Llegamos a tierra, y Daniel me bajo de su espalda.

- Este es mi lugar especial. - dijo y yo observe todo a mi alrededor.

Desde ese sitio se contemplaba todo el lago, se veían las luces de la ciudad reflejadas en él; el cielo, era esplendido, la luna se veía hermosa, completamente llena, y esta también se reflejaba en el lago.

- Es maravilloso Daniel. - pause para echar otro vistazo. - ¿Como hiciste eso?

- ¿Hacer qué? - pregunto.

- Correr sobre el agua, Daniel. - dije aun impactada por lo que había sucedido.

- No es difícil, bueno, tengo años de práctica, al principio me hundía. - me explico.

- Cuando me transforme tienes que enseñarme. - le guiñe un ojo.

- Eres hermosa Kamil... - me tomo la mano. - Tus ojos, son hermosos.

Me recordó que mis ojos eran azules, idénticos a los de mi padre, pero en el físico me parecía más a mi madre, mi cabello castaño, y mi piel tenía un tono latino, igual que la piel de ella, antes de transformarse en vampiro.

- Gracias. - le dije, seguro me había sonrojado.

Me guio para que nos sentáramos, el se hecho para atrás y se dejo caer de espaldas en el pasto.

Pasaron las horas, ya era tarde.

- Daniel, vámonos, mañana tengo que levantarme temprano, recuerda que no soy vampiresa. - dije.

- Este bien. - se levanto de donde estaba sentado y se agacho. - sube.

Corrimos a casa y al llegar sentado en los escalones de la puerta de entrada estaba Cesar, que al vernos, se levanto y entro a la casa.

- Nos vemos después Kamil. - dijo Daniel después de echarle una mirada a Cesar que se había vuelto con la puerta de la casa abierta; enseguida mi nuevo amigo había echado a correr.

Yo camine con desdén hacia la puerta, entre y Cesar cerró la puerta.

- ¿Donde estabas? - me interrogo.

A el que le importaba, el había pasado tres semanas fuera de la casa y no había dado ni una señal de vida.

- No es de tu incumbencia. - le dije y seguí caminando.

Sentí sus pisadas detrás de mí y me volví.

- Cesar, estaba dando un paseo ¿si? - le dije, no sabía porque tenía que darle explicaciones.