lunes, 29 de agosto de 2011

5. Daniel


Me volví y mire a la persona que me dirigía la palabra, era un chico alto de ojos verdes, con un aspecto algo descuidado.

- Me presento, soy Daniel, - me tomo la mano, y estaba frio; era un vampiro. - Soy un amigo de Darwim, suelo venir casi todos los días y nunca te había visto por aquí.

- Ella es mi sobrina Kamil, Daniel, la que se encontraba en Londres. - dijo mi tío Darwim, entrando en la sala.

- Oh, la famosa Kamil. - pauso para mirarme - es más Hermosa de lo que imagine.

- Kamil, el es un viejo amigo, desde hace unos meses se la pasa metido en esta casa. - dijo y yo reí.

- Un Gusto Daniel. - dije mirando al chico nuevo, mirándolo bien, no era feo, en realidad, era muy guapo.

- El gusto es mío, señorita Kamil. - respondió.

Mi tío regreso a la cocina y yo me quede con Daniel, parecía ser de mucha confianza, ya que mi tío jamás me dejaría sola con un vampiro si no pudiera confiar en él.

- Y... ¿Cuántos años de antigüedad tienes? - quise saber.

- En años de vampiro unos cuatrocientos, no llevo la cuenta, un año más, un año menos, da igual ¿no? - pauso - Y en años humanos veinticinco.

Oh a parte de guapo, teníamos una edad casi similar, bueno, me llevaba cuatro años.

- Controla tus pensamientos Kamil. - escuche la voz de Cesar detrás de mí, me voltee enseguida.

- ¿Tu no estabas con tu novia? - dije.

- No es mi novia, tan solo... Una amiga. - me dijo, ¿debía creerle? Axel había dicho que era su novia.

- No me importa. - voltee los ojos. - Te prohíbo leer mis pensamientos ¿Está bien? - le dije, el asintió y subió las escaleras.

Estuve toda la tarde hablando con Daniel, quien me conto prácticamente toda su vida como vampiro, también me conto como llego a convertirse, y como casi todos en esta familia, se había convertido por estar al borde de la muerte.

Pero yo no estaba segura de como se habría transformado Cesar, no tenía ni la mínima idea sobre ello, tampoco me lo quería imaginar.

Al caer la noche después de cenar junto con Samuel, subí a mi habitación, me di un largo baño y me acosté a ver que pasaban en la tv.

- Yo te amo ¿acaso no entiendes? - escuche una voz que venía de la habitación de al lado.

- Tu sabias antes de meterte conmigo que yo jamás sentiría lo mismo por ti. - escuche una voz masculina, era Cesar estaba segura.

Mi respiración se agito, en un momento pude pensar que mis padres discutían, pero ellos se amaban, y siempre lo harían.

Se escucho un golpe fuera de la habitación, yo salí de la mía, y toque la puerta de al lado, era de madrugada.

Nadie contesto a mi llamado a la puerta así que abrí.

Enseguida vi a Cesar.

- ¿Estas bien? - pregunte entrando y cerrando la puerta.

- ¿Por Que no habría de estarlo? - respondió.

- No sé ni porque me preocupo. - abrí la puerta, ni si quiera sabia que hacia allí.

Sentí una mano fría tomando mi brazo.

- No te vayas. - me dijo.

- ¿No me mataras cierto? - le pregunte.

- No seas tonta. - me jalo el brazo y me atrajo hacia él, medio un abrazo, el abrazo que yo tanto esperaba al llegar a esta casa.

Al soltarme note en sus ojos ese brillo que siempre había en ellos cuando hablábamos.

Le tome la mano.

- Te extrañe Cesar, tu eres como un hermano para mi, y me afecto mucho que me trataras así. - el soltó mi mano.

- Si, eso es lo que siempre seré, un hermano para ti. - dijo.

- ¿Que quieres decir? - pregunte.

- Que siempre seré tu hermano. - me volvió a jalar hacia él. - Te extrañe, mucho, Kamil.

Nos sentamos en su cama, el me enseño el tatuaje que se había hecho, y yo le dije que tenía que llevarme a ese lugar, siempre me quise tatuar una mariposa en la columna lumbar.

Luego vimos tv por un rato, pero el sueño me domino y me rendí en su pecho.

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