jueves, 25 de agosto de 2011

3. Recuerdos


RECUERDOS

- Kamil, no llores. - decía Cesar, yo apenas tenía ocho años y el diez.

- Me duele mucho. - dije señalando la herida de mi brazo.

- Nadie te mando a caerte. - dijo riendo.

- ¡Cesar! - dije entre lagrimas.

- Estoy jugando tontita. - el miro su brazo. - ¿yo sufriré contigo está bien? - Tomo la cosa con la que me corte el brazo y se corto él, justo en el mismo lugar donde yo me había cortado.

- Este loco. - dije parando de llorar.

- ¿Recuerdas que todo lo haremos juntos? - dijo y rio, a pesar de que su brazo sangraba.

- ¿Todo? - pregunte, puso su mano encima de mi herida, y ardió.

- Si, todo, pon tu mano encima de mi corte. - tomo aire. - hagamos una promesa.

Yo puse mi mano encima de su herida, y el dio un salto.

- Esta será nuestra promesa hasta convertirnos en vampiros. - dijo - nos convertiremos juntos, y si no la cumplimos, ya no seremos los mismos.

- ¡Sí! - dije entusiasmada, en eso llego mi mamá y nos llevo dentro de la casa para curarnos las cortadas.

Todos en la casa llamaron loco a Cesar por haberse cortado.

Volviendo a la realidad

Salí de la ducha, y me seque; ya sabía porque me había tratado así, cuando hicimos la promesa dijimos que el que si no la cumplíamos ya no seriamos los mismos, pero él era la que la había roto, yo era la que debía estar enojada con él.

Me vestí y baje las escaleras, sentados en los escalones más abajo estaban, Andrea y Axel, ¡perfecto! Andrea era la indicada para decirme que era lo que había pasado con Cesar y quien lo transformo.

Baje rápido hasta donde estaba ella y su amor.

- Andrea, necesito hablar contigo. - le dije.

- Dime Kamil. - respondió.

- A solas. - dije sacándole la lengua a Axel.

Ella me tomo del brazo y me guio hasta la cocina.

- ¿De qué quieres hablar? - pregunto, estaba intrigada. - yo te tengo muchas preguntas. - Dijo riendo.

- Cesar. - dije, ella se acerco y me tapo la boca.

- Aquí no, vamos al despacho. - susurro.

Yo me inquita, ¿qué cosa podía ser tan grave como para no poder hablarla en la cocina?

Andrea me guio hasta el despacho, cada vez me daba cuenta de la casa era más grande de lo que yo pensaba.

Al llegar ella cerró las puertas detrás de mí.

- ¿Que quieres saber de Cesar? - pregunto.

- ¿Por qué cambio tanto? - quise saber.

- Una mujer. - dijo.

¿Una mujer? Pero si eso nunca fue un problema para nosotros.

- Desde que te fuiste, el estuvo saliendo con una mujer, bueno, una vampira. - eso me dejo claro todo, ella lo había transformado.

- ¿Ella lo transformo verdad? - pregunte enseguida.

- Si, pero eso fue hace dos meses, no entiendo porque Cesar lo permitió, el sabia que tú estabas pronta por regresar. - pauso, y puso cara de pocos amigos. - creo que él se transformo en contra de su voluntad.

- ¿Por qué cambio? - dije.

- Nadie lo sabe, el empezó haciéndose un tatuaje, luego... Convenció a Darwim para que le comprara una moto, luego se la pasaba con esa tipa siempre - suspiro - y así empezó todo.

- ¡No es justo! - refunfuñe.

- Nada es justo en la vida Kamil. - en ese momento se abrió la puerta del despacho, era mi Tío Darwim y Cesar.

- ¿Podrían dejar de hablar de mi? Gracias. - Dijo Cesar.

¿Cómo sabía que hablábamos de él? Yo sabía que los vampiros tenían muy buen oído, pero no era para tanto o ¿sí?

- ¿Chicas nos dejan solos un momento? Necesito hablar con Cesar. - dijo mi tío.

Andrea y yo salimos de la habitación, yo la mire extrañada y la agarre del brazo, la lleve a la cocina, necesitaba saber más.

- Debimos tener más cuidado con Cesar. - dijo Andrea.

- ¿Cuidado con qué? - había muchas cosas de las que me tenía que enterar.

- Cesar, al transformarse desarrollo una peculiaridad. - me miro fijamente - Puede leer los pensamientos.

¿Eso era posible? Mis padres nunca me habían hablado de eso, bueno... Una cierta vez me hablaron de una vampiresa que trato de separarlos, esa vampiresa tenía el poder de entrar en los sueños de los demás.

- Tengo que transformarme. - le dije a Andrea, ella dio un salto.

- No te apresures, porque Cesar se haya transformado, no tienes porque hacerlo tú. - yo no lo haría por eso, lo haría porque ya no quería seguir aumentando de edad.

- Quiero ser joven para siempre. - le dije.

- Te diré como Paul le dijo a tu mamá una vez, eso solo lo puedes decidir tu. - me dijo, yo adoraba el nombre de mi padre Paul, sonaba como un ángel, y el de mi mamá también 'Sol', ambos eran nombres hermosos.

A mí me gustaba mi nombre, pero cargaba mi cruz con su significado 'Perfecta' nunca me creí perfecta, ni mejor que los demás, me costaba mucho llegar a ser como mi nombre, mi padre decía que sería perfecta cuando me convirtiera, yo no esperaba serlo, pero ese era el costo de convertirse en vampiro, la perfección.

- Hija Hermosa, ¿vienes a tocar el piano conmigo y tu madre? - dijo mi padre entrando a la cocina.

- Claro. - dije emocionada.

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